Conocí a La Valenti en un festival en Saldías, meses antes del lanzamiento de R Chop (2022). En esos primeros encuentros con su música hubo dos elementos que llamaron particularmente mi atención: las letras de los temas y la perfecta conexión que había entre los miembros de su banda. Un año después, con su primer álbum out y varias fechas en la mira, confirmo algo que ya había percibido esa primera tarde en Saldías: en sus canciones hay algo más que música y poesía. Hay conexión, hay un mensaje, hay dolor.
Ese sufrimiento es evidente desde el título del disco, unas siglas que hacen referencia al tratamiento de quimioterapia que atravesó en 2020. “Hacer este álbum fue un proceso de sanación muy grande, de escupir muchas cosas que tenía adentro”, afirma. “Durante el tratamiento, que duró más o menos nueve meses, escribí un libro en el que anotaba todos los días lo que sentía. De ahí salen la mayoría de las canciones de R Chop. Cuando volví a Buenos Aires nos juntamos con la banda y les dije que quería hacer este disco y que lo quería componer con ellos. Quería que tuviera un sonido vivo, de algo que sucediera en el momento. Nos fuimos a grabarlo a Córdoba, a un estudio en el medio de la montaña”.
“Soy más feliz cuando el resultado lo comparto con otras personas”
Afrontar un proyecto tan grande y que surge de un lugar tan personal y doloroso no es fácil. Y, en este punto, la grupalidad se revela esencial. “Delegar es muy importante para crecer. Soy más feliz cuando el resultado lo comparto con otras personas. Yo sentía que necesitaba un sostén amoroso para sacar ese material. Fue bueno sentirme acompañada y comprendida, sentí que ellos entendían mi dolor.”
“Prefiero enamorarme, si morirme me voy a morir igual”, canta La Valenti en ‘Acuaria’. “Temo desaparecer para siempre”, en ‘La Rapla’. Las referencias tan directas a la muerte no son fáciles de encontrar en canciones. Entendiendo el contexto de surgimiento del disco todo cobra otro significado, pero los temas funcionan perfectamente sin esas historias. Esa es la genialidad de la ambigüedad y de la metáfora: en el fondo las letras significan lo que quieras que signifiquen. Sin embargo, hay pistas que nos devuelven a ese contexto primigenio. El sillón, que aparece en la portada del álbum y en varios de los videos, es una de ellas. “Es un elemento muy crucial de R Chop porque es el lugar en el que te hacen el tratamiento”, comparte. “Cuando entrás a una clínica oncológica por lo general hay muchos sillones en salas muy pequeñas, y la gente está ahí enchufada. De todo el proceso lo que más me acuerdo es el sillón, estaba horas ahí. Lo puedo definir como mi lecho de muerte”.
“Es muy desesperante estar en esa situación y sentir que no hay nada en lo que te veas reflejada”
No entendemos lo que significa tener un acercamiento tan profundo a la muerte hasta que lo atravesamos. La falta de canciones que hablen sobre este tema sin romantizarlo o llenarlo de solemnidad son signo de un respeto casi reverencial hacia algo que inevitablemente nos va a tocar a todos, pero que trae aparejado un silencio que puede resultar insoportable. “No hay tantas cosas que hablen del dolor o del sufrimiento. Es muy desesperante estar en esa situación y sentir que no hay nada en lo que te veas reflejada”, afirma. “Me di cuenta que la muerte tenía más peso del que pensaba que tenía. Sabía que en cualquier momento me podía morir y me lo tomé con bastante calma”.
Durante este proceso la música cumplió un papel esencial. R Chop es el resultado más visible de ese camino de sanación; pero hay conexiones más profundas que, como un subterráneo en movimiento o el cauce de un río, siguen en constante cambio y mutación. “De todas las ramas que tiene el arte siento que la música es la única indispensable. Es una gran compañera, en cualquier momento de la vida. Apareció en mi como un salvavidas, yo me agarré mucho de eso para atravesar todo lo que me pasó. Está bueno que en momentos de mucha oscuridad haya algo contundente de lo que agarrarse, porque si no la vida no tiene demasiado sentido. Todo el tiempo estoy reafirmando que eso me hace feliz, me hace sentir cosas que me permiten dar cuenta que estoy viva”.
Este jueves La Valenti se presentará en Dumont 4040. “Va a ser un show diferente. El espacio permite otra propuesta, con mucha más cercanía con el público. Vamos a sumarle una faceta teatral también, empapar todo el show de algo más dramático. No es solo un recital: va a ser una experiencia, un ritual propio”.
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