Un 6 de mayo de 1965, The Rolling Stones daban un show en el Jack Russell Baseball Stadium de Florida, Estados Unidos. Cuando regresaron al hotel donde estaban hospedados, Keith Richards no podía conciliar el sueño ya que el riff de ‘Satisfaction’ estaba dando vueltas en su cabeza, por lo que decidió tomar una grabadora de cassettes Philips y dejar constancia de su obra. Aún no lo sabía, pero había soñado la canción que catapultaría a los Rolling directo a la historia del rock & roll.
“Estaba dormido. Me desperté y, sin darme cuenta, prendí mi pequeña cassetera, le dí play, volví a dormir y no pude recordarlo hasta que lo escuché al día siguiente”, contó. En esta cinta, se puede oír a Richards tocando una versión mucho más lenta de la canción, seguida por un murmuro que reza “I can´t get no satisfaction”, y luego, simplemente 40 minutos de ronquidos. Cuando se la enseñó a Mick Jagger, éste escribió la letra sentado junto a la pileta del hotel y, aunque tenían miedo de grabarla por su parecido a ’Dancing In The Street’ de Martha and the Vandellas, decidieron hacerlo de todos modos.
El resto es historia. ‘Satisfaction’ debutó como sencillo, aunque la banda estaba en contra de esto porque no le tenían demasiada fe a su obra. A sus espaldas, London Records (su discográfica en aquel entonces) la lanzó al mercado norteamericano mientras estaban de gira y llegó al puesto número uno de los charts. A más de cinco décadas de su debut, Keith se refiere al icónico tema de la siguiente manera: “Con el tiempo se ha vuelto más interesante para mí. Cada vez que lo interpreto encuentro nuevas maneras de hacerlo, y me gustaría haber puesto muchas cosas que se me ocurren hoy en la grabación original. Antes escribías una canción y a los cinco días ya la estabas grabando casi sin conocerla. Después de 50 años de tocarla en vivo, creo que le estoy agarrando la mano”.
Recientemente los londinenses estrenaron ‘Living In A Ghost Town’, el primer tema que la banda estrena en ocho años. Grabado durante la cuarentena, su video muestra ciudades como Londres y Los Ángeles totalmente desiertas, reflejando el estado de encierro en el que se encuentra el mundo.