En la ciudad de Buenos Aires se abrió un vórtice donde el R&B le guiña un ojo al trap, le da la mano al hip hop y sale a bailar con el funk. Allí se encuentra, junto a melodías en clave medieval, armaduras, vampiros y memes, Alcazaba (2020), el disco debut de dinastia. El trabajo de Julián Larquier Tellarini (ex Jvlian) está producido por Federico Ferrer a.k.a 0-600, reconocido productor responsable de hits como ‘Tumbando el Club’ y distribuido por I Need Sponsors. Charlamos con el cantante y actor para ingresar a su turbulento universo, que resulta ser menos amenazante de lo que parece a primera vista.

Estás en un bar y una persona que no conocés te pregunta qué música hacés. ¿Cuál es tu respuesta?

Julián Larquier: Hace un tiempo el cerito (0-600) abrió un Q&A (preguntas y respuestas) en Instagram, le preguntaron qué género estábamos haciendo y dijo “R&B medieval”. Puedo ponerme neurótico y decir un montón de cosas o intentar explicar que mi música no tiene géneros, pero voy a quedarme en R&B medieval.

¿De dónde proviene toda esta estética de la Edad Media?

JL: Fui componiendo y de repente vi que había muchas palabras como castillo, espada o armadura,  por lo que empecé a buscarla. Me puse como «niño google» a ver qué encontraba; me interesaban algunas cuestiones arquitectónicas y terminé leyendo cosas muy locas. Así me crucé con la palabra alcazaba, que es un edificio árabe de la conquista del sur de España que hacía frente al mar como una especie de fortaleza o ciudadela.  Me flasheó esa palabra, y como no quería que el álbum se llame castillo, alcazaba fue lo más cercano y más lindo que encontré.

 

“Me siento cómodo en ese lugar oscuro que juega con la ambigüedad”

 

¿Te gustó desde siempre esta estética?

JL: Le tomé gusto hace poco. Soy bastante cinéfilo pero no me pasa nada especial con las pelis medievales, me encanta la estética y me flashea todo eso tipo El Señor de los Anillos (2001/3) pero nunca estuve fanatizado. Creo que es más un fetiche del tipo arquitectónico en busca de la sensación de estar ahí adentro.

Hay cierta tensión, porque la pose del cantante que vende es ser canchero y eso está lejos del caballero medieval, ¿no?

JL: Yo también estoy tratando de encontrar ese personaje frontman solista y quiero refugiarme en otras cosas que no son esas porque no las siento naturales en mí; si bien soy actor y me encanta la cámara, no me encuentro tanto en ese estereotipo. En el primer video que saqué estoy pelado con colmillos horribles a lo Nosferatu y me siento cómodo en ese lugar particular y oscuro. Poner un caballero que podría ser una figura viril y masculina con cara de desidia y manchas de sangre y de barro, tipo apatía total, es de una ambigüedad con la que me gusta jugar.

¿Cómo encararon y trabajaron la producción?

JL: Cuando se terminó la banda el cerito me tiró un salvavidas enorme, además de la amistad, me dijo que quería producirme un EP y yo flipé. Fue muy de a poco el proceso, cada uno puso sus métodos, sus gustos y sus reglas, y por suerte nos entendimos muy bien y logramos un sonido que nos gusta a los dos. Siempre hubo mucho feedback del tipo “-¿Te gusta esto?-, -No, cambialo-”, porque él es re frontal y te dice que algo no le gusta sin drama, y para uno que es re sensible está bueno que el productor le diga lo que piensa sin vueltas. Yo le discutía mucho, tipo “Mirá que esto tiene relación con esta otra melodía de aquel otro tema”, y él chabón: “No, no me gusta”. Así se armó una dinámica lenta pero satisfactoria y lo fuimos construyendo; creo que tiene un poco de cada uno.

 

“En vivo lo quiero cantar sin autotune”

 

¿Qué hay detrás de la producción de voces y coros?

JL: Yo venía de una banda, acostumbrado a arreglos musicales y a una organicidad musical diferente. Pero el cero tiene un sonido muy propio, me sorprendió mucho cómo una persona sola con su computadora, sus headphones y sus parlantes puede generar eso, y me sorprendí a mí mismo escuchando mi voz grabada por él así re del culo, de una. El chabón mezclaba en el momento, cortaba lo que no nos gustaba, loopeaba y doblaba las voces. Tiene mucho autotune obviamente, es como una herramienta de composición también, de coloratura, y algo fetiche de lo moderno a lo que el oído está acostumbrado. Yo quería cantar re agudo, y capaz que lo podes hacer sin autotune pero queda re choto, es para otro contexto sonoro. Tengo un re vínculo con la voz, me gusta mucho y ahora noté que no la uso tanto a diario, pero preparando un streaming te das cuenta que después de sacar un disco tenés que cantarlo y exponerlo.

Vas a tener que ir a  tocarlo con el autotune seteado.

JL: Olvidate, pero igual hay algunos temas que los quiero cantar sin tune y me la banco. De hecho hay dos canciones que no tienen nada: ‘Planeta Rojo’, que apenas tiene unos toquecitos de melodyne, y ‘Snooze’.

‘Snooze’ tiene una batería que suena muy natural.

JL: Sí, y al final tiene una batería orgánica que es del hermano del cero. Eso y un par de teclados, pero como instrumento microfoneado la bata está sola ahí.

También llama la atención la aparición de los sonidos de sintetizadores bien lo-fi y filtrados.

JL: Esa data es bastante del cero: tenemos como un fetiche con algo nostálgico, de película, de tape. Él es re fan de eso, tiene muchos plug ins y hacía mierda los sonidos, los destrozaba; de repente yo le decía “Pará que ya no se escucha nada”. Descubrí las magias de los productores más beatmakers que no son solamente el bombo, tacho, hihat, sublow y melodía. Estos nerds se bajan muchas mierdas de internet y le ponen mucha mugre, mucho detalle.

 ¿Cómo empezaste a trabajar con I Need sponsors y Facundo Cruz?

JL: Con el Facu habíamos empezado al final de Jvlian: él estaba con Coral Casino, que tanto Roque Ferrari (Orodembow) como lara91k son mis amigues, y nos tiró muy buena onda con Crisis (2018), nuestro último álbum. Después Facu fue uno de los motores principales para darme fuerza, ganas y garra para hacer dinastia. Él está a mil, es una persona que labura mucho, tiene unos artistas del carajo y cada tanto me mandaba un mensaje tipo “¿Qué onda? ¿Estás haciendo algo? Pasame un tema, dale metele”. Y los I Need son mis amigos, más que nada Franquito Ferrari que es el hermano de Roque, pero también están él y el cero a la cabeza del sello. Cuando le pregunté a franquito si salía por ahí era como por default que sí, Franco es el diseñador de la mayoría de mis tapas y de las que salen por I Need. Con él arreglamos tipografías, texturas, producción de foto y video y a él se le ocurrió el video de ‘Snooze’, tipo: “Ya que vas a estar vestido de armadura, ¿por qué no aprovechamos para hacer un video?”, aunque después fue un quilombo. I Need Sponsors, Facu Cruz y 0600 son tres pilares fundamentales de este proyecto. 

Aprovechando la noticia que reflotó estos días de que las familias ricas de Florencia, Italia, son las mismas desde hace 600 años, diremos que toda dinastía tiene su fundación en algún robo, traición o toma de poder. Parece que Julián Larquier le roba un poco de todo a la escena contemporánea para fundar la suya, un linaje de música tan improbable e inesperada como efectiva y sorprendente.