Isla de Caras ha demostrado ser uno de los proyectos musicales más queridos del último tiempo. Con un sonido definido por su frontman como “acid pop” o “pop freaky”, la banda logró atravesar las pantallas y llegar a los corazones de muchísimas personas.
Una Caricia (2021), su último álbum, nos trae una propuesta diferente. El contraste entre sonidos pop y letras profundamente melancólicas produce un efecto tan placentero como movilizante. El disfrute sonoro es contundente. Sin embargo, como a través de la mirilla de una puerta, se cuelan el desamor, el dolor y el desarraigo. La combinación es explosivamente adictiva. “Hay cierto agridulce en las canciones de Islas. Siempre tienen ese componente ambivalente” afirmó Cura. No podríamos estar más de acuerdo.
¿Cómo fue el proceso compositivo detrás de Una Caricia? ¿Van al estudio con una idea preestablecida de lo que quieren hacer o hay lugar para la experimentación?
Lautaro Cura: Hay muchísimo lugar para la experimentación. A diferencia de Chango (2018), este disco fue hecho por capas. La primera etapa la empezamos a laburar acá con Nico Btesh, un productor. Después me fui a Berlín a grabar sintetizadores. La ciudad me inspiró mucho a tomar la situación de desapego emocional para potenciar los sonidos. Durante la pandemia el proceso fue más personal, casi de laboratorio. Hay una constante intención de faltarle el respeto al método.
¿De dónde vino el título?
LT: Me gustaba el misterio de que fuera solo una caricia. No sabemos qué pasó después de esa única caricia. También, en un tiempo pandémico, es una especie de juego con la idea de tocarse, incluso a la distancia.
“Las canciones son el bálsamo que nos hace felices”
Canciones como ‘Tu Forma de Decir Adiós’ son tremendamente personales. ¿Se habla desde un personaje inventado o siempre la experiencia personal es fuente de inspiración?
LT: Yo creo que es imposible no construir un personaje en general. Sin embargo, el personaje que canta es el mismo que aplico en mi vida diaria. No me saldría de otra manera. Yo hago la música que me gustaría escuchar, si me mintiera a mi mismo no funcionaría. Siempre que te exponés es difícil. Pero tampoco podés dejar de hacerlo.
De repente, sin embargo, empezás a sentir que las canciones tienen vida propia. Son como bestias salvajes, no podés abrazarlas y adherirlas al sentido que le quisiste dar cuando las escribiste. De cierta manera mostrarse vulnerable no es tan difícil, porque las canciones ya no son tuyas.
En el disco hay muchas colaboraciones (Clara Cava, Rosario Ortega, Delfina Campos, Vanessa Zamora y Axel Fiks). ¿Qué sentís que le aportaron a las canciones?
LC: Con Clara tenía ganas de hacer una canción hace muchísimo tiempo. Ella es un caudal de rap y magia increíble. Grabamos ‘Chica del Verano’ con una batería electrónica super rígida. Yo sabía que ella iba a darle muchísimo color. Conocí a Vanessa en México y fue super simpática y profesional. Axel y Delfina son amigos. En ‘Todo el Universo’ tenía ganas de jugar con la idea de los dobles, mostrar que la historia del narrador es, al fin y al cabo, la historia del mundo.
“El show del Konex va a ser el más grande de la historia de Islas”
¿Cuál sentís que es la ventaja de hacer música hoy en lugar de hacerla, por ejemplo, en los años ‘70?
LT: La ventaja más evidente es que todos pueden hacer música en su cuarto. El primer EP de Isla de Caras lo hicimos con cero presupuesto. Lo grabamos con la compu. Todos deberían animarse a hacer música: las canciones son el bálsamo que nos hace felices.
¿Cómo se están preparando para su próximo show en el Konex?
LT: Estamos muy manijas. Es la puesta más grande que hice desde que comencé con la música. Vamos por todo: arreglos de cuerdas, vientos, voces, visuales, invitades.
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