Beyoncé Knowles es una de las artistas más influyentes del siglo XXI y lo dejó demostrado en este film de más de dos horas que revive su histórica presentación en el festival Coachella 2018. Dirigido por ella misma, Homecoming (2019) ofrece una mirada íntima y minuciosa del espectáculo destinado a homenajear la cultura afroamericana, el empoderamiento femenino y el rol de las instituciones educativas estadounidenses.
Montar semejante show dos noches consecutivas no fue una tarea sencilla. Inicialmente, la fecha pactada había sido para el 2017, pero la artista quedó embarazada de gemelos y debió aplazar su actuación para el año siguiente, lo cual significó todo un desafío: lograr el estado físico para hacer un concierto monumental y ser madre de dos recién nacidos.
“FUE LA PRIMERA MUJER AFROAMERICANA EN LIDERAR EL LINEUP DE COACHELLA”
Un escenario imponente, con gradas parecidas a las de los campos de juego de las universidades norteamericanas, fue la forma que encontró la artista de resaltar la importancia de las instituciones educativas en su formación artística. Para ello, contó con el acompañamiento de una banda de viento y percusión, y cientos de bailarines. “Muchas personas e intelectuales con conciencia cultural se han graduado en universidades tradicionalmente afroamericanas, incluido mi padre”, confiesa, agregando que “hay algo increíblemente importante sobre la experiencia universitaria que tiene que ser celebrado y protegido”. Knowles no dejó ningún detalle al azar y hasta el vestuario elegido es similar a los uniformes de los estudiantes.
Además, el material muestra la intimidad de la show woman durante los ocho meses de preparación y ensayo. En contraste con la perfección y exactitud que despliega sobre el escenario, durante estas tomas puede verse una mujer vulnerable por estar alejada de sus hijos, sudando, sin una gota de maquillaje, mientras intenta enfocarse en las coreografías de baile. Queen B le permite a su público ver el arduo trabajo que afrontó para combinar su rol de madre y ser la primera mujer afroamericana en liderar el lineup del festival más importante de Estados Unidos.
Otro de los pilares del espectáculo de la diva era la reivindicación de la mujer libre, dueña y orgullosa de su cuerpo. Su figura es imponente arriba y abajo del escenario. ”Como mujer negra, solía pensar que el mundo quería que me quedase en mi pequeña esfera. Las mujeres negras suelen sentirse infravaloradas. Quería que nos sintiéramos orgullosas, no sólo del espectáculo, sino también del proceso. Orgullosas de la lucha. Agradecidas de la belleza que proviene de una historia dolorosa y alegrarnos en ese dolor”, cuenta con su voz en off.
“ADEMÁS DE SER UN ASOMBROSO RECITAL, HOMECOMING ES UNA PERFORMANCE POLÍTICA Y UNA CATARSIS PERSONAL”
Como muestra de esa unión femenina, invitó a Kelly Rowland y Michelle Williams, sus compañeras de Destiny’s Child a quienes llamó “sus mejores amigas”, para interpretar ‘Say My Name’. El show también contó con la presencia de Solange Knowles, su hermana. “Era importante para mí que todos aquellos que nunca se habían visto representados sintieran que estaban en ese escenario con nosotros”, dice Beyoncé, y lo logra durante la interpretación de ‘Yoncé’ y ‘Mi Gente’, el hit que creó junto a J Balvin.
Beychella, como fue llamado el festival por el éxito de su presentación, es también una oda a la cultura afroamericana: ‘Freedom’, ‘Formation’ y ‘Lift Every Voice And Sing’ lo comprueban. Queen B reivindica sus orígenes, junto a más de 200 bailarines, fusionando danzas africanas con el rap y el R&B. "Cada mínimo detalle tiene un propósito", explica. Desde la orquesta musical con la que rinde honor a las universidades negras surgidas durante la segregación racial, hasta el vestuario que lleva la insignia de su propia hermandad cumple una función en su mensaje..
Homecoming, además de ser un asombroso recital de R&B, rap, pop y rock, es una performance política y una catarsis personal, tanto en sus canciones como en el proceso creativo y el concepto del espectáculo. Nunca se mostró tan política como en este film, en el cual monta un fuerte discurso de raza, género y clase. Con numerosas referencias a figuras como Nina Simone y Malcolm X, Beyoncé deja una huella más allá de lo musical y lo logra a la perfección, como solo ella puede hacerlo.