EL RETORNO CATÁRTICO DE LAS PELOTAS

Una canción, un color

El emblemático grupo de rock Las Pelotas se hizo esperar, y el público lo demostró durante la espera del show. No solo cumplieron las expectativas sino que las superaron: corría en el mítico Gran Rex tanta energía como la hay en una cancha de fútbol o en una adoración al Santísimo. 

Luego de 20 minutos de aplausos y cánticos que pedían la aparición de la banda, salió primero Germán Daffunchio y lo siguió el resto: en la guitarra Tomás Sussman, en la batería Gustavo Jove, en el bajo eléctrico Gabriela Martínez, en el piano y sintetizadores Sebastián Schachtel y en los vientos y percusión Alejandro Gómez Ferrero

La propuesta de Las Pelotas fue un concierto acústico de su más reciente álbum, Versiones desde casa (2021). La estética que predominó a lo largo del espectáculo fue más bien psicodélica, teniendo cada tema un color y una imagen distintos proyectada en una pantalla. La puesta en escena invitaba a los espectadores a adentrarse en un viaje extravagante acompañado del sonido de la música «unplugged» y un vestuario de entrecasa que te hacía sentir en el living de tu casa.

Inauguraron su retorno con ‘Cuántas Cosas’ en una versión desenchufada y muy serena. Mimetizando con los artistas, el público se mantuvo tranquilo en sus asientos, deleitándose con el espectáculo como lo hace una audiencia en la ópera. Germán hizo numerosas dedicatorias, siendo la primera por “la salud de todos ustedes por mantenernos vivos” antes de tocar ‘Mira’. Luego, dedicó ‘Como una Estrella’ a “todas las personas que se nos van al cielo, que son cada vez más”.

El primer giro inesperado fue cuando Germán invitó a Sonia Álvarez a tocar el arpa y vocalizar para ‘Víctimas del Cielo’ junto a los arreglos compuestos por Schachtel. Otra vibra de paz recorrió los pasillos del Gran Rex, pero no por mucho más.

Temblores, gritos y miles de emociones repercutían en los pechos de los concurrentes

Las energías que circulaban empezaban a cambiar a medida que pasaba el concierto. Más gente se ponía de pie, lanzaban sus brazos por el aire y, aquellos sentados, acompañaban el ritmo de las canciones pisando el suelo en sintonía. Temblores, gritos y miles de emociones repercutían en los pechos de los concurrentes. Esta vuelta de tuerca empezó con ‘Que estés sonriendo’, después de que Germán estuviera sentado por más de una hora. 

Primero se pararon algunas pocas personas, pero cuando los primeros acordes de ‘Solito vas’ comenzaron a sonar eran la minoría los que se quedaron en sus asientos. Definitivamente con ‘Capitán América’ ya no se trataba de un show acústico sino más bien de un recital en un estadio. 

Fue más que evidente el puente de emociones que conectaba a la audiencia con los miembros de la banda y viceversa; la gente gritaba y lloraba como los griegos antiguos lo hacían en las tragedias. Es difícil definir quién fue el protagonista: si Las Pelotas, el público o la escenografía. Dicen que el todo es más que la suma de sus partes, y sin duda este fue el caso. 

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