Una semana antes del evento, exactamente un sábado a la noche, desde las redes de Morbo y Mambo, los muchachos bromeaban (o no) que “a esta hora el sábado próximo les va a estar subiendo la pepa”. Creer o reventar, el espectáculo de estos pibes tuvo todos los elementos que hacen a la famosa lisergia; recorramos juntos este camino largo.
La apertura estuvo a cargo de La Skandalosa Tripulación, agrupación que, como nos contaron los Morbo en íntima entrevista, tiene una energía enorme y a quienes quisieron devolver el gesto tras haber sido invitados por los skandalosos a abrir un show en su natal Mendoza. Lastimosamente, bastante poca era la gente que estuvo ahí para recibir tremenda patada en la nuca por parte de los los entusiastas de Cuyo. La concurrencia era un tema que preocupaba los marplatenses de Morbo y que habíamos discutido en la entrevista anterior, pero con el paso del tiempo el local se llenó de gente que pasó de estar holgada a un poquito apretada en la pista, y bastante, bastante impaciente también.
Ya eran las diez de la noche cuando el telón se abrió gracias a la tenaz ‘Blanco Nigeria’ del primer álbum homónimo a la banda, despabilando todos los músculos con un arranque bastante pulenta. Los toques de la Morbo se caracterizan por ser un trance prolongado y llevadero que va in crescendo, y eso se nota en el actuar del público. Si el mismo tema hubiera estado al final, posiblemente hubiese armado un extraño pogo, aunque llegaremos luego a eso. Visualmente, lo primero que se notó es que, en lugar del bailarín Andrés Ravioli en trompeta, estaba un Militante del Clímax: el exorbitante Johnny Cross. No hay de qué preocuparse, el trompetista original solo estaba de viaje.
Además de la gran afluencia de gente, hito en una banda instrumental, muchísimos eran los músicos amontonados en el palco y disfrutando del evento. Perras On The Beach dijo presente con Simón Poxyran y Bruno Vegas, lo mismo los tres miembros de Usted Señálemelo, primero, Lucca Beguerie Petrich y, destacado, el guitarrista Cocó Orozco, que se subió al escenario a delirar un poco sus cuerdas. Mientras Juan Mango (vocalista de Usted Señálemelo) llegaba y saludaba en el palco, Machingo Russo, trombón y guitarra de Morbo y Mambo, se daba el lujo de cantar, como en aquel ciclo en Matienzo, su versión flotada del clásico ‘Mañana en el Abasto’ de SUMO. Aquí un videito.
Las luces brillaban elocuentemente y entre los marplatenses había una suerte de figura romboide que se iluminaba al son de la música. Esta estructura se pliega y es apta para llevarse de gira “como un ampli de guitarra”, según nos habían dicho los hermanos Aguilar (bajo y batería) en la previa, contentos por poder trasladar la puesta en escena de este gran evento al resto de su gira.
Hacía calor en la pista y la intensidad del show aumentaba. Para bajar y refrescar, le dieron paso a ‘Camille’, el propio hit de la banda según Spotify. Tanto se relajó el asunto que una chica se desmayó y fue rápidamente ayudada a retroceder y tomar aire: “a la gente solo la ayuda la gente” dijo Santos Fontanet una vez.
La noche siguió con sorpresas vaticinadas porque Andrés Nusser, cantante chileno de Astro, se sumó para cantar ‘Plan de Vuelo’ como hace en Muta (2017). El músico ya había sido invitado para la presentación del álbum en Niceto en octubre, pero se pegó un palo en la bici unos días antes y no pudo estar, así que merecía revancha. Manu Aguilar (bajo) aprovechó la ocasión para anunciar que el 22 de mayo la banda se presentará en Santos 4040 (también les contamos que el próximo martes 15 estarán en Camping, un bar en la terraza del Centro Cultural Recoleta que auspicia toques gratuitos).
La noche venía bien y solo podía mejorar, puesto que a continuación el conjunto tocó su última placa de forma íntegra, invitando a Goyo Degano de Bandalos Chinos a cantar en inglés ‘Portal’, que en estudio cuenta con la participación del australiano Nick Allbrook. El orden no fue el mismo y ‘Panamá’ cerró el ciclo Muta, donde los ojos cerrados y los cuerpos mojados bailando ya eran una constante, y donde se empezaron a armar los primeros saltos de una noche que llevaba ya dos horas de beats psicodélicos. “Últimos dos” había dicho Manu hacía unos instantes, recibiendo con una sonrisa los abucheos. “Morboo, Morboo” le contestó su gente entusiasmada, y la agrupación dio rienda suelta a su mambo por otro rato.
Como habitual caballito de batalla, il gran finale fue otra vez con versión extendida de ‘4-4-2’ y, ahora sí, un buen grupo de gente haciendo el tan hermoso pogo coreando las melodías de los vientos. Las caras de los músicos oscilaban entre concentración con su beat y deleite con su público. En especial Machingo, que se acercó para un choque de puños y un juego de mano-luces que esta vez no me salió como planeaba.
Aquí tienen el setlist de lo que fue —en palabras de los músicos— el Niceto más largo de Morbo y Mambo:
Mutación y movimiento; música, ritmo y sustancia. Introspección y viaje intergaláctico, sumergirse en arte que de la vida es parte. Morbo y Mambo a la vanguardia instrumental, siempre.