Lanzado el 11 de febrero de 1985, nos encontramos a 37 años de Meat is Murder, donde The Smiths saltaron a la máxima popularidad a pesar de trabajar con una fórmula bastante atípica. Existen melodías pop y dulzura, pero también experimentación, largos fragmentos instrumentales, baladas cargadas de tristeza y una crítica ferviente al consumo de carne. Tal vez son estas las cosas que hacen que se mantenga tan relevante a pesar del paso de las décadas.
Para entender al grupo es pertinente plantear una dicotomía, es decir, dividir un concepto en dos aspectos, alma y cuerpo. El cuerpo, o el motor del sistema que es The Smiths, es su guitarrista, Johnny Marr, quien compone toda su música. Fusionando rock, punk y pop, con también ciertos elementos únicos, genera una sonoridad diferente al resto de sus contemporáneos. Por otro lado, el alma es Morrissey, la voz y el letrista, gran responsable del tormentoso clima que se genera. Él tiene una habilidad única, es capaz de lograr que compleja poesía sumamente personal, pueda ser algo reconocible para los oyentes, quienes tienden a sentirse muy identificados con aquellas líneas, las cuales quedan resonando en la cabeza con el paso del tiempo.
“Todavía es difícil comprender cómo llegó a la cima de los charts”
Su debut homónimo, lanzado un año antes por el sello independiente Rough Trade, llegó al puesto #2 en el chart inglés, pero Meat is Murder al #1. Contrastando entre los discos, el primero tuvo un abordaje más «crudo», donde a pesar de estar pulidos, mantienen una sonoridad similar a la que se escuchaba en los pubs donde tocaban. Aquí la producción está más desarrollada (realizada por ellos mismos), existe una mayor complejidad también desde la propuesta que realizan, pero la esencia se mantiene. Con letras brillantes y ritmos pegadizos tenemos joyas como ‘The Headmaster Ritual’ y ‘Barbarism Begins at Home’, como también incursiones rockabilly en ‘Nowhere Fast’ y ‘Rusholme Ruffians’.
Podríamos pararnos a charlar sobre prácticamente cada línea del LP, pero algunas de las más destacables están, por ejemplo, en la frenética canción ‘What She Said’: "I smoke 'cause I'm hoping for an early death, and I need to cling to something” (fumo porque espero una muerte prematura y necesito aferrarme a algo). También en la crítica al consumo de carne, la cual da nombre al disco, ‘Meat is Murder’: “Kitchen aromas aren't very homely, it's not ‘comforting’, cheery or kind, it's sizzling blood and the unholy stench of murder” (los aromas de la cocina no son muy hogareños, no es recomfortante, alegre o amable, es sangre hirviente y el hedor profano del asesinato).
Un adecuado momento para redescubrir una joya de los años ‘80, la cual todavía es difícil comprender cómo llegó a la cima de los charts, pero agradecemos que así sea. Larga vida a The Smiths.