DONDE MANDA CALAMARO, NO MANDA CAPITÁN

Alta Suciedad, el disco que convirtió a Andrés en leyenda nacional y popular

Supongamos que tenemos un amigo que nunca escuchó ningún trabajo de uno de los grandes artistas del rock argentino. Le recomendamos Alta Suciedad (1997), el cual le fascina y rápidamente lo conecta con el mundo de Andrés Calamaro. “Qué buen recopilatorio. Ahora quiero escuchar un disco de estudio específico. ¿Cuál es tu favorito?”. La sorpresa ante la respuesta tiene sentido: el quinto LP del ‘Salmón’ incluye tantas canciones icónicas y de cabecera que muchas veces se lo confunde con un grandes éxitos. Dicha obra maestra cumple hoy las bodas de plata y significó una de las tantas bisagras en la prolífica carrera del porteño.

Tras la abrupta separación de Los Rodríguez en 1996, motivada por el deseo de Calamaro y Ariel Rot (el otro pilar de la banda española) de retomar sus respectivas carreras solistas, el argentino editó material nuevo tras Nadie Sale Vivo De Aquí (1989). Recursos artísticos tenía de sobra y también opciones para grabar. Pero el talentoso cantautor, tecladista y guitarrista dejó la comodidad de su estudio ubicado en España y viajó a Estados Unidos para darle vida a Alta Suciedad, producido por Joe Blaney (quien trabajó con Ramones, The Clash, Prince y Charly García).

El abanico y la performance musical que expone en Alta Suciedad son directamente proporcionales a la calidad de músicos anglosajones que lo acompañaron

Si bien había buenas expectativas por el lanzamiento, las mismas fueron superadas rápidamente con el estreno del LP. Es hasta el momento el segundo disco más vendido por un artista argento: más de 700 mil copias, solo superado por El Amor Después Del Amor (1992) de Fito Páez. Justamente, ‘Andrelo’ compartió varias veces escenario con el rosarino durante la gira de 1997. Otro bohemio que dio el presente durante ese tour fue Joaquín Sabina, amigo íntimo de Calamaro.

Ya desde el inicio de la lista de canciones, la rockera y pegadiza ‘Alta Suciedad’ es de esos temas para arrancar el show saltando sin parar. Con una letra que parece tener una dedicatoria al gobierno de turno, otro sector minoritario de seguidores se la adjudicó a un conflicto con Charly. ‘Donde Manda Marinero’ es un himno de la generación que creció en los ‘90 y aún no queda claro si habla del inconformismo, lo opuesto o ambas cosas. ‘Loco’, censurada varias veces, y ‘Flaca’ siguen pegaditas y no necesitan mucha más explicación: son infaltables en cualquier cancionero, rocola o repertorio.

Calamaro es nuestro Bob Dylan: inconformista, políticamente incorrecto, melómano y eternamente joven

El abanico y la performance musical que Calamaro expone en Alta Suciedad son directamente proporcionales a la calidad de músicos anglosajones que acompañaron al hombre de la melena. Entre los nuestros, los colegas invitados fueron Celeste Carballo y Palito Ortega. Fue un gran desafío para Andrés, ya que no maneja el inglés con fluidez y el único contacto que tenía antes de viajar al país de las oportunidades era el del productor.

Consolidado como estrella de rock, el protagonista de la historia suena mesurado en el disco, en contraste con sus trabajos siguientes Honestidad Brutal (1999) y El Salmón (2000). Prueba de ello son los ambientes musicales de origen afroamericanos, que se entrelazan con otros más melancólicos. ‘Media Verónica’, ‘Crímenes Perfectos’ (otro guiño a los de su generación) y el rock suave de ‘Me Arde’ son otras joyas de un disco de oro, plata y cualquier metal que se les ocurra. La lengua popular escribió ese 15 de mayo de 1997 una página deluxe en la cultura nacional, y dejó en claro que es nuestro Bob Dylan: inconformista, políticamente incorrecto, melómano y eternamente joven.

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