La noche del pasado 26 de febrero fue la fecha seleccionada para que la artista oriunda de Australia, Courtney Barnett, se presentara por segunda vez en nuestro país —tercera si contamos que en su primera visita a la Argentina realizó dos conciertos: uno en el festival Music Wins y otro en Niceto Club, siendo este último un sideshow del primero—. Con localidades casi agotadas, la noche auguriaba un espectáculo a la altura de la increíble reputación de esta consagrada música indie.
La encargada de abrir la noche fue Barbi Recanati presentando por primera vez su set eléctrico, el cual sirvió para realzar extraordinariamente los temas de Teoría Espacial (2018), único EP de la cantante argentina, ex líder de Utopians. Cerrando su presentación con una increíble interpretación del aclamado hit de Patti Smith, ‘Dancing Barefoot’, Barbi dejó al público más que satisfecho con su acto de apertura.
Cuando el recinto palermitano ya estallaba de concurrencia, la australiana salió al escenario para dar una lección de lo que es verdaderamente el rock. El recital dio inicio con la atmósfera oscura y pesada de ‘Hopefulessness’, mientras los presentes comenzaban a calentar motores lentamente para lo que sería una noche plagada de pogos.
Con ‘City Looks Pretty’, otro de los hits del más reciente disco de la rockera, Tell Me How You Really Feel (2018), se comenzó a gestar una seguridad en la relación artista público que persistiría durante toda la presentación. Esto se debió a que la presencia de Barnett sobre las tablas resultaba tanto imponente como sencilla: la australiana se presentó con una escasa pero potente formación de power trío, acompañada por Dave Mudie en la batería y Andrew Sloane en el bajo.
La habilidad de la música a la hora de empuñar su guitarra y hacer sonar las más crudas melodías solo fue equiparable al desmedido cariño que siente el público argentino por su persona. Bastó con que se aproximara al micrófono unos segundos, con el objetivo de agradecer la presencia de todos allí, para que la audiencia estallara en gritos y alaridos de amor hacia Courtney, quien procedió a interpretar ‘Avant Gardener’.
“Esta es una nueva canción… Bueno, más o menos nueva” dijo la cantante antes de tocar ‘Small Talks’, tema que liberó como track inédito de su segundo LP el pasado mes de octubre. Con el público ya totalmente en el bolsillo, Barnett procedió a continuar su show con dos de los singles más aclamados de Tell Me How You Really Feel, ‘Nameless, Faceless’ y ‘Need A Little Time’, canciones que apuntan a convertirse en clásicos indiscutibles del rock moderno.
Con el sonido blusero de ‘Small Poppies’ y la melosidad de ‘Depreston’ hicieron aparición en el setlist las primera joyas de Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit (2015), primer LP de la rockera. Sabiendo acomodarse a los distintos climas que poseen las canciones de su variado arsenal musical, sin nunca dejar relegada su característica potencia, es como Courtney Barnett convierte su actuación en una especie de viaje espiritual para todo aquel que encuentra la plenitud de su alma entre acordes sucios y líricas frontales.
COURTNEY BARNETT CONVIERTE SU ACTUACIÓN EN UNA ESPECIE DE VIAJE ESPIRITUAL.
‘Charity’ y ‘Pedestrian At Best’ terminaron de hacer estallar la energía de la concurrencia en una serie de flamantes pogos, los cuales dejaron maravillada a la artista con la siempre excepcional energía del público argentino. “Son una audiencia adorable” dijo antes de abandonar el escenario por unos minutos, ausencia que se rompería con una versión solitaria de ‘Let It Go’, tema ubicado en el disco colaborativo que la cantante hizo con Kurt Vile: Lotta Sea Lice (2017).
La sorpresa de la noche fue el pañuelo verde, representativo de la campaña por el aborto legal en Argentina, que Courtney colgó en el trípode de su micrófono durante 'Kim's Caravan’ —canción que además debió ser parada en dos ocasiones por gente que se descompuso en el recinto—. 'History Eraser’ fue la elegida para cerrar un recital memorable, digno de hacer reconsiderar a quien sostenga que el rock está muerto si esta afirmación no es más que un montón de patrañas.
Por Iván Girtar