Pablo Digilio y Connie Ugarte se conjugan en Connie & Pablo y están pisando fuerte en la escena a pesar de su corta trayectoria. El corazón del dúo bombea al ritmo de la canción y nos ofrece un disco que suena en el más alto nivel del pop latino de proyección internacional. Dándole algunos guiños al groove, lejos del indie y el synth pop, las voces se compenetran con emoción y naturalidad. Así compusieron Origami (2020) y se ganaron una nominación a los Premios Gardel en la categoría ‘Mejor Álbum Grupo Pop’. Los singles de este año coquetean con una base rítmica más cercana al trap, ligera y limpia, sin perder la esencia de lo que los lanzó al mercado con tan buena recepción.
¿Quieren contarnos un poco su historia y desarrollo en la música?
Pablo Digilio: La música empieza en el momento que agarrás el instrumento por primera vez, pero va más allá de eso, es una relación con todo lo que rodea la música; cuando estás en esto ya es una forma de vida, no hay horario, estás de lleno disfrutando y fluyendo. Después, el típico camino de ir tocando por bares, haciendo repertorio, ensayando. Así nos conocimos: ella tenía sus proyectos y cuando nos juntamos conectamos de una manera muy especial. Veníamos haciendo covers hasta que logramos una identidad como dúo y, no sé si nos consolidamos, pero ahí nos decidimos a formar Connie & Pablo definitivamente.
¿Cómo encaran su proceso de composición?
Connie Ugarte: Para Origami fue muy importante nuestro patio, nuestro quincho y la cocina de casa. Todo está en la energía de esos lugares. Eran épocas de calor y cada vez que íbamos al espacio verde nos poníamos a tocar. Así iban saliendo canciones que revisamos mucho, les agregábamos y sacábamos partes y así sucesivamente. El disco está trabajado en Rosario con Palmo Addario (Coti, Diego Torres); a veces el productor tiene que entender exactamente lo que querés decir y él es muy bueno interpretando, entendiendo las sensaciones que buscamos. Nosotros llegábamos con muchas cosas en la mente, él tenía que llevar a la música todas nuestras ideas y arreglos, y es muy bueno haciéndolo.
PD: Cuando terminamos el disco vimos que esto de la composición iba bastante en serio y sumamos una carga horaria más grande. La pandemia hizo que eso se acelere y se potencie porque tenemos tiempo de sentarnos a componer y revisar. La nominación llegó como un empujón y una aceleración que hace que hoy estemos sacando un sencillo por mes. Origami fue más orgánico, puro patio, y si bien lo nuevo también lo es, tiene mucha dedicación y trabajo.
¿Esperaban la repercusión que tuvo Origami? ¿Qué significa para ustedes la nominación a los Premios Gardel?
PD: A principio de año se presentó la posibilidad de la postulación y ya sentimos que era algo especial. Cuando lo hicimos no pensamos en ningún tipo de reconocimiento ni premio y ver tu imagen al lado del logo de los Gardel, que lo viste toda la vida, te genera una cosa re linda. Cuando llegó la nominación no estábamos esperándola, ya estábamos trabajando en el nuevo álbum, así que fue sorpresivo y halagador a la vez. El laburo tremendo que uno hace no va a cobrar más sentido por una nominación, pero sí es un impulso para seguir haciéndolo a toda máquina.
¿Qué nos pueden contar de la incorporación en los singles de la rítmica trapera si se quiere, de pequeños elementos del mundo urbano?
CU: A cada tema lo vemos como un sencillo, por más que después haya una idea que haga de esqueleto para el disco. Cada canción tiene en sí una identidad marcada porque son un núcleo de ideas y sensaciones distintas que intentamos desarrollar lo más posible. Tuvimos muy poco tiempo para difundir Origami, tres meses para salir a tocar. De golpe nos vimos encerrados y empezamos a componer con esa perspectiva, y el tiempo disponible nos permitió ponernos a jugar con otras libertades.
PD: Dentro del marco pop en el que nos movemos, no nos encapsulamos. Esta parte quizás viene con un poquito más de trap, de chanteo, de ese jueguito. Ya hay algunos temas que están casi listos, y si no salen este mes, será el próximo. La producción la estamos haciendo nosotros con GM música (Giuliano Mastrodicasa), nuestro manager y productor. En este disco nos realizamos los tres como productores musicales.
Entonces, ¿cuál creen que es el lugar del proyecto en la escena argentina y qué tienen para ofrecer?
PD: Yo creo que es una mezcla entre lo orgánico y otros sonidos modernos, más electrónicos; animarse a meter elementos más jugados dentro de lo que es el esqueleto de una canción normal. Han cambiado mucho las dinámicas y se ve en muchos factores, hasta en la duración de las canciones. Hoy por hoy Connie & Pablo es un grupo pop que tiene una búsqueda orgánica, que bien puede funcionar con una guitarra como con unos sonidos un poco más experimentales.
CU: ¿Qué tenemos para ofrecer de distinto? Millones de veces quise contestar esa pregunta, toda la vida me la hice. Hoy creo que lo distinto somos nosotros. No es algo que se pueda responder, si hay algo distinto tiene que mostrarse. Somos mucha intención, mucha fuerza y muchos años arriba del escenario. Cuando se pueda, esperamos poder dar un show potente a nivel escénico.
Apretades como solo una pareja puede estarlo para entrar en la pantalla del celular, Connie & Pablo nos ofrecieron estas palabras para acercarnos a su mundo creativo. Alguien se vería tentado de intentar hacer una comparación entre su entendimiento en una charla y su entendimiento en sus canciones, pero al final son dos registros completamente diferentes en donde lo que más se destaca es la naturalidad.
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