El 25 de abril, el Estadio Obras rebalsó de energía gracias a The Driver Era. La banda liderada por los hermanos Ross y Rocky Lynch dio un show inolvidable en Buenos Aires como parte del Obsession Tour, regalándole a sus fanáticas una noche única.
El espectáculo comenzó con la banda detrás de un gran telón blanco mientras un juego de luces dibujaba sus siluetas. Esa imagen inundó el estadio de nervios y emoción, y de repente empezó a sonar la primera canción la noche: ‘Touch’. Una vez que empezó el segundo tema, el telón finalmente cayó y una ola de gritos ensordecedores recibió a los músicos.
A lo largo del espectáculo, The Driver Era recorrió los temas de su último disco, Obsession (2025). A pesar de haber sido lanzado recientemente, las fanáticas demostraron ya conocerlo de principio a fin, cantando cada palabra y manteniendo la energía altísima en todo momento. Otros hits que no pertenecían al álbum como ‘Malibu’, ‘Rumors’, ‘A Kiss’ y ‘Get Off My Phone’ también fueron coreados con tanta fuerza que, por momentos, era imposible distinguir la voz de Ross.
Uno de los momentos más comentados del show llegó cuando Ross Lynch se sacó la remera, provocando un estallido de gritos —superando el volumen de los gritos anteriores, algo que parecía imposible—. Pero más allá de esa secuencia que enloqueció a todos, lo que realmente hizo especial la noche fue la conexión que Ross generó con las fans: cantando, miránndolas a los ojos, sonriéndoles y haciendo sentir que cada una formaba parte de algo único.
La banda no dejó nada al azar: un sonido impecable, una puesta en escena sencilla pero efectiva, y una entrega total en cada canción. La energía de Rocky en la guitarra también fue uno de los pilares del show, aportando la dosis justa de rock.
Esta fue la cuarta vez que The Driver Era visitó Argentina, y quedó clarísimo que el amor entre ellos y el público local es inquebrantable. Obras fue testigo de otra noche mágica, y no quedan dudas: acá siempre los vamos a estar esperando.