MI AMIGO INVENCIBLE: DE LA QUIETUD A LA DANZA

La banda celebró 10 años de uno de sus discos más populares

No es fortuito que La Danza de los Principiantes (2015), sexto disco de estudio de Mi Amigo Invencible, sea celebrado a 10 años de su lanzamiento con una gira conmemorativa que revisita todas sus canciones en vivo. Cierre de la trilogía de discos que los consolidó en la escena del indie mendocino y nacional, el álbum funciona como una bisagra en el catálogo de la banda. Previo a su lanzamiento, la banda había lanzado un repertorio de discos más bien melancólicos mientras construía una base de seguidores fieles con cada show. Su siguiente lanzamiento, Dutsiland (2019), comenzaría a despejar ese clima indie nostálgico para darle lugar a sonoridades más poperas y alegres que los catapultaría a nuevas alturas.

Diez años pasaron de aquel lanzamiento. Diez años en los que la banda cambió profundamente. Mariano Castro y Juan Pablo Quatrini, miembros fundadores, le dejaron sus lugares a Pablo Di Nardo y Lucila Pivetta. También cambió la escala de su alcance, pasando de girar por nuestro país para proyectarse a recorrer Latinoamérica y España frecuentemente. La gira celebratoria comenzó el viernes 8 de Agosto pasado en Deseo.

Anunciado para las 20.45, el inicio del show se hizo esperar. Con todas las luces apagadas y sin música ambiente (apenas sonaba tenuemente una pista de sonido ambiente de pájaros cantando), el silencio y la quietud se prolongaron hasta las 21.25 cuando finalmente empezó a sonar la grabación original de ‘Cada vez’, tema que abre La Danza…

Los aplausos tibios que acompañaron el final de esa grabación se convirtieron en ovación con la aparición de la banda para interpretar ‘Máquina del tiempo’, segundo tema del disco cuyas canciones repasarían exactamente en el mismo orden durante su presentación. 

Si bien el inicio del espectáculo se sintió algo tímido, de a poco Mariano Di Césare fue soltándose y mostrando su habitual repertorio de ocurrencias que lo convierten en un frontman carismático y espontáneo. Revoleó papel picado sobre sus compañeros y sobre el público, amagó un tributo a Ozzy Osbourne tocando el inicio del riff de ‘Supernaut’ de Black Sabbath, metió un par de riffs ricoteros durante las canciones y también jugó con el público invitándolo a cantar los estribillos de ‘La Danza de los Principiantes’ y de ‘Gato Negro Pasa’.

Ese primer segmento, recorriendo los temas de La Danza… fue creciendo en energía, dejando al público listo para la segunda parte. Con cambio de vestuario incluido, Mi Amigo Invencible volvió a salir para dar una segunda mitad de show mucho más arriba, con una preponderancia de temas de Arco y Flecha (2024) y otras canciones del repertorio más actual de la banda.

El cambio en el ambiente fue notorio. La atmósfera melancólica, típica de la era de La Danza…, se volvió festiva. El público, que acompañó la primera mitad del show alegre pero con apenas algunos focos de ebullición en el medio de la pista, ahora bailaba y cantaba cada canción con entusiasmo. La quietud de la primera mitad del show se había vuelto danza. Una danza que ya no los encuentra principiantes, sino expertos creadores de canciones y de auténticas noches memorables.

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