Fotos por Mariana Pardo / @marianapardoph
La noche prometía ser tranquila, con rueda de prensa previa y un breve show bien ordenadito. Pero cuando Gori presenta disco, el manual no aplica. Las puertas de Strummer se abrieron antes de tiempo: la ansiedad de la gente había hecho lo suyo. Así, entre abrazos, charlas improvisadas y micrófonos encendidos, el músico fue recibió el calor del público mientras respondía preguntas y compartía anécdotas con los periodistas invitados.
El motivo del encuentro fue Mambo gratis (2025), su nuevo trabajo, en el que el músico vuelve a las raíces que lo marcaron en su juventud. Canciones inspiradas en sus ídolos de la infancia, con ese pulso punk y rockero característico: temas rápidos, al palo, y con ese swing que te hace mover aunque no quieras. Entre las historias que atraviesan el disco, se cuela la de Billy y Samy, dos personajes “flojos de papeles”, como dijo el mismo Gori, con un vínculo tan extraño como entrañable que funcionan como hilo conductor de esta nueva aventura.
A diferencia de su costado más experimental, que guarda para Fantasmagoria, en este proyecto Gori busca una conexión directa. Nada de vueltas raras: riffs frontales, estribillos que se corean a la primera y una energía que, en vivo, se amplifica. El salón estaba lleno y cada tema recibió la aprobación de la gente que agitó, saltó y se dejó llevar.
No es casual que, más de dos décadas después de haber dejado Fun People para arrancar su propio proyecto, Gori siga encontrando nuevas formas de decir lo que quiere decir. Mambo gratis no es solo un disco: es una invitación a volver al barrio, a la adolescencia, al pogo. Gratis, sí pero con el corazón puesto al 100%.