AXEL FIKS: EL NIÑO AMOR EN VIVO EN CÓRDOBA

¿Si es bueno y corto, doblemente bueno?

Dicen que las despedidas son esos dolores dulces, pero no han dicho qué son los reencuentros, pues mucho de azúcar y de cariño también deben tener. Así se dio la muy esperada vuelta de Axel Fiks a la ciudad de Córdoba, casi dos años después de su primera visita. Las estéticas de las filas que se arman en las veredas de los venues son como un aviso de lo que va a pasar adentro, y la que se formó en la puerta de Club Paraguay era una declaración de principios: todes lindes, todes preparades, todes arreglades. Intentaremos decir esto sin ser automáticamente barderos, usar el lenguaje de twitter: ¿Les fans de Axel Fiks? Todes troles. Y con cuánto orgullo.

Mientras sonaba ‘Tus Amigos de la CIA’ de Telescopios que por esos mismos momentos estaban de gira por la capital, la banda se subió y empezó a hacer sonar una base. Cuando el cantante apareció y agarró el micrófono, vestido con su campera de diseño de leopardo y una calza de latex negra, el recinto se llenó de gritos muy agudos. La banda, de muy alto vuelo y constantemente halagada por el cantante, estaba conformada por Kastiello en guitarra, Fran Aldurcin en baterías, Fabrizio Gómez en bajo e Ignacio Cruz en el teclado. El primer tema fue ‘Mili’ y luego siguió  ‘Ares Herido’; ambos sonaron suaves y abrieron el show con mucha tranquilidad. Cuando parecía que estaba siendo poco, el mismo Axel dijo: “Acabamos de tocar unos temas un poco bajón. ¿Están para algo más power?”. Arrancaron con ‘Epicuro’, tercero en la lista del disco Idilio (2018), pero reversionado a modo de bossa de tempo rápido. Algo que puede pasar desapercibido cuando se escucha la reproducción fue un poco más evidente a la hora de ver la performance en vivo, y es el hecho de que pareciera hablar de una chica, pero probablemente hable de la masturbación, porque sino, ¿qué sentido tiene la frase “Pero sé que te voy a ver, mismo lugar, mismo horario, mi cama y mi imaginario”

Llegó el momento de ‘Niño Amor’ y fue el primer tema realmente coreado por el público, para pasar luego al tramo íntimo de la noche. Axel, que intercalaba sus tragos entre el vaso de plástico de fernet y la botella de agua, despidió a parte de la banda, quedándose solo con Kastiello, dándole inicio al momento acústico. Lo primero que escuchamos con este formato fue ‘Compañera’: aquí empezaron a demostrar sus skills. El guitarrista, combinando con sobriedad la técnica del estilo clásico con las necesidades modernas de su compañero, y el cantante, aprovechando para dejar grandes gritos y muy precisos cambios de tono. Siguió ‘Fotocopias’, para seguir repasando el álbum, en una versión que se alejó completamente del trap que está grabado. 

Para seguir con su demostración de habilidades tocaron ‘Sabor A Mí’, en el que Axel alcanzó unos registros muy bajos, para que a media canción la guitarra pase a hacer rasguidos más bien funkeros y la voz más cercana a su estilo. Luego, uno de los grandes momentos de la noche: el artista cantó un inédito, otra postura de otra historia de amor, en la que reconoce “quizás el tóxico de acá soy yo”. Lo curioso es que el formato acústico nos presenta la letra y el mood, pero nada del cuerpo de sonido en el que aparecerá en su próximo disco. Después de las reversiones hechas con ‘Fotocopias’ y ‘Epicuro’, ni una pista del formato final pudimos escuchar con la versión acústica.  Volvió a entrar la banda, y la gente ya estaba muy prendida en la fiesta que esa noche se nos proponía. Llegó el tiempo de los hits: pasaron ‘Felllinesca’ y‘Chica Acuario’.

“La gente agradeció la propuesta de Axel Fiks pero el show se sintió corto”

Luego de hacer el jueguito de que se iban, Kastiello largó los acordes de ‘Ojitos de MD’ y el público se volvió loco. Se elevaron los gritos y Axel se dedicó a jugar un ratito: “No sé si quiero tocar esa che”, dijo, haciéndose rogar. La canción empezó y las primeras dos estrofas fueron cantadas solamente por el público. El tema se fue con un gran solo de Kastiello y el show se terminó. Tuvo sabor a poco, la gente esperaba una lista más larga, y se sintió un poco de resignación generalizada. No queríamos que se termine el espectáculo, en el que quedaron afuera canciones como ‘Kicillof Flow’, ‘Nestor Krishna’, o los beats de ‘Gatitos Jazz’ y  ‘Pensar Azul Pensando Celeste’.

Ya que nos aprovechamos más arriba del habla tuitera, vamos a traerla de vuelta para jugar con la producción de Axel y con el personaje que construye: es un lloraconcha. Puede sonar fuerte, pero todo lo que viene desde aquella red social tiene que ser desdramatizado. Una canción insoportablemente pochoclera como ‘Compañera’ canta “Compañera del ayer, el amor nunca se irá, jamás, jamás, jamás. Me gustaría ir a tu casa, a buscarte ahora, tomar helado, ver películas de culto en el sillón, mostrarte una canción”. Sin embargo, cuando canta logra que sus versos suenen sinceros y buena onda, logra que sean soportables. Probablemente no podría ser el niño amor que es si no fuera un lloraconcha, como si desde ese llanto construyera toda la lírica del amor que tiene para dar.

 

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