Siendo este el primer trabajo de la cantante desde 2019, Avril Lavigne hace su debut en DTA Records —sello discográfico que pertenece a Travis Barker de blink-182—. Es el séptimo álbum de estudio de Lavigne desde su debut hace veinte años con ‘Complicated’ y Let Go (2002). En una entrevista describió el proceso de grabación como “estar de vuelta en la escuela secundaria, pasando el rato con el tipo de gente con la que creció”. Abriendo con ‘Cannonball’, un track con vibras electro-pop explosivo y agresivo, pronostica un muy buen retorno a sus raíces. La cantante mezcla vocales limpias con efectos que le agregan dimensión. Al igual que ‘Bite Me’, el instrumental es nostálgico y destaca el estilo característico de Travis en la batería.
La canción que da nombre al álbum, ‘Love Sux’ cuenta con un tempo rápido, guitarras crudas y distorsionadas, y letras cómicas sobre sus relaciones fallidas. En conjunto con otras canciones como ‘Kiss Me Like The World Is Ending’, ‘Deja Vu’, ‘F.U.’ y ‘Break Of A Heartache’ suenan muy similares a The Best Damn Thing (2007). Álbum que también contó con la producción de Barker en adición a Deryck Whibley —líder de Sum 41 y, en ese momento, pareja de la cantante—. Lavigne en su momento describió al LP como “rápido, divertido, jóven, bratty, agresivo, confiado, canchero… todas las cosas buenas” y esa descripción aplica a la perfección a su más reciente entrega.
A pesar de ser nostálgico, no deja de representar un crecimiento artístico más que una simple regresión
Es un proyecto abundante en colaboraciones, sin embargo, no saturan. ‘Love It When You Hate Me’ es single promocional con la compañía del rapero blackbear —quien ya colaboró con artistas pop punk como All Time Low—. Participando juntos en cada presentación en vivo, como Good Morning America (1975) y Jimmy Kimmel Live (2003). La balada tiene un giro más optimista y sentimental con respecto al resto del álbum. Esta deja como moraleja que “ignora todas las advertencias y se enamora una y otra vez”. ‘Bois Lie’ junto a Machine Gun Kelly es el segundo track del álbum. El contraste en los versos de ambos da la sensación de estar presenciando una discusión en vivo. Llamándose mentirosos mutuamente y un post-estribillo en el que superponen lie —mentira— con el clásico coreo de “la la la”. Finalmente ‘All I Wanted’ junto con Mark Hoppus le da un toque cálido con un sonido similar a California (2016). Considerando la producción de Hoppus, Barker y John Feldmann compartida entre ambos discos, resultan obvias las similaridades en los riff de guitarra y armonizaciones vocales.
Resulta refrescante para quienes fueron fanáticos de la canadiense en su época dorada escucharla «coparse» con el regreso del punk rock al mainstream. Considerando que alejarse tanto del mismo resultó en los tres LP con menos certificaciones de su carrera, es el regreso más esperado por los más fieles al género. Sin embargo, a pesar de ser nostálgico, no deja de representar un crecimiento artístico más que una simple regresión. Los pronósticos están a su favor, y la recepción del público es muy positiva.