En una escena indie abarrotada de propuestas estéticas increíbles, letras atrapantes y búsquedas sonoras por demás originales, existe una banda que logra sobresalir por sobre las demás. Esmeralda Escalante y Yago Escrivá forman Ainda, un dúo que desde hace varios años viene pisando fuerte en venues y festivales. Con un show en Niceto en la mira, España en los talones y un último disco que nos acompañó durante dos años, Esmeralda se sentó junto a MapSound a charlar sobre la música y sobre la vida.
Me interesaba preguntarle sobre un tema que dice mucho, no solo de la propuesta musical que tiene cada une, sino también de la propia persona y del propio sentir: el proceso compositivo. En ese viaje (el de la composición) salir de la zona de confort parece tan esencial como vertiginoso, es un camino incierto, pero necesario. Y en ese recorrido, la composición conjunta parece ser una opción que aliviana el peso de la duda, y vuelve todo mucho más divertido. “Juntarte con gente con la que no solés componer es salir de tu zona de comfort”, afirma. “Descubrir cómo piensa la otra persona, sus recursos, cómo resuelve cosas. Las posibilidades de la creación se multiplican”.
“Todes tenemos sentimientos y experiencias en constante mutación, e interpretamos la misma obra de diferente manera”
Un caso de particular éxito fue ‘Adiós’, tema que comparten con Conociendo Rusia. No mentí cuando le dije que esa canción me estrujaba el corazón, aunque no de forma cursi. Es dolorosa, pero no cursi, una combinación que no es fácil de conseguir a nivel lírico. En relación al proceso compositivo, Esme cuenta que la comenzaron junto a Facu (El Zar) y Tarsitano, en unas juntadas de composición. Después invitaron al ruso y la terminaron. “Eso es algo que empezamos a hacer: abrir el juego, y componer con gente diferente. Es una manera muy linda de conectar con personas nuevas”. En ese ida y vuelta, esa especie de tira y afloje entre cuerpos y mentes que piensan distinto, la noción de autoría se diluye, se esparce: la canción es de todos, y no es de nadie.
En este punto podríamos preguntarnos si la composición nace del puro vomito emocional o si se trata de una tarea más artesanal, minuciosa y pensada. “A mi me pasa que siempre tengo a mano la composición, no decido cuándo sucede”, asegura Esme. “Hay casi una necesidad vital. Si pasa un mes y no escribo nada me empiezo a sentir rara. Como que algo comienza a pudrirse de cierta manera. Pero a veces esa fermentación es buena. Algo empieza a decantar, y termina sucediendo lo que tiene que suceder”.
“En Argentina la movida independiente es muy pro”
En relación a las relecturas de su propia obra, asegura que las canciones son las mismas, pero es ella la que cambia. “Todes tenemos sentimientos y experiencias en constante mutación, e interpretamos la misma obra de diferente manera”, asegura. Entre Uno (2013) y Millones (2020) hay siete años de búsquedas, de un descubrirse y redescubrirse constantemente. “Hay muchas diferencias entre ambos. A mi me gusta mucho más Millones, me siento más identificada. Sin embargo, ahora estoy empezando a ver con cariño ese primer disco, esa cosa más inocente, super transparente”.
España los recibió con los brazos abiertos, y siete meses en el viejo continente les enseñaron muchas cosas. Telonearon a Leiva, y aprovecharon para coordinar varias fechas propias en distintas ciudades de la península. La escena, cuenta Esme, es muy diferente: “Acá lo independiente es muy pro. Hay un nivel muy alto de las bandas autogestionadas en cuanto a composición, sonido y búsquedas. Allá la movida urbana es re fuerte, pero no sentí que la parte indie estuviera tan presente”
Ainda prepara su regreso a las tablas argentinas con un show en Niceto, que está a la vuelta de la esquina. “Estoy un poco nerviosa”, confiesa. “Venimos tocando mucho este año, pero teloneando. Tocar en nuestra ciudad implica otro tipo de compromiso. Lo estamos armando con mucho amor, queremos crear una experiencia 360°, visual y sonora, más que un concierto. Tocar los temas nuevos, disfrutar, y pasarla bien”.
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