Coghlan es tan carismático como desfachatado. Dice y hace lo que siente, sin importar la mirada u opinión del otro, con una personalidad extrovertida que lo posiciona como uno de los personajes más llamativos de la escena. Curiosamente, las influencias musicales que tiene no surgen de su infancia.
“En mi casa nunca se escuchó música, no ponían vinilos o discos. Siempre fui yo el que investigó sobre el tema hasta que descubrí grupos que me abrieron la cabeza y me mostraron una forma distinta de hacer música”.
En el 2011 su vida cambió enérgicamente cuando a los 16 decidió hacer de la música su futuro: compró su primera guitarra, la cual, desde ese día, es su fiel compañera. Con ese instrumento, y a muy temprana edad, realizó los primeros bocetos de lo que sería seis años después su álbum debut.
“Inventé mi género y lo denomine autopop”
No obstante, el proyecto solista aún era un sueño difícil de realizar. Dos años más tarde se unió a Italpark, el ex grupo de los actuales integrantes de Defensa. Si bien permaneció en el conjunto hasta 2015 y luego lo abandonó, la amistad entre ellos fue más fuerte que cualquier diferencia artística.
“En la actualidad son mis mejores amigos, los tres tienen distintos roles en Coghlan. Furio se encarga de diseñar los flyers, Nine trabaja el sonido en vivo durante los recitales y Equi se ocupa de la logística”.
Alejado de Italpark, decidió enfocarse de lleno al nuevo proyecto que llamó Coghlan. El objetivo era hacer algo diferente y audaz, al mismo tiempo creando melodías poco habituales en Argentina.
“Inventé mi género y lo denomine autopop. Es rupturista, es una música nostálgica, pero al mismo tiempo es anti nostálgica. Sampleo música vieja pero la trabajo de manera nueva. Para mí, si no es pop, falla. Mi postura es hacer música que no sea inspirada en el amor o desamor porque es lo más básico que hay y está hecho por todo el mundo”.
Luego de las primeras presentaciones en vivo a finales de 2015 y sin un material propio editado, llegó la gran oportunidad. El sello Yolanda Discos lo convocó para grabar una de las canciones de Días de Adolescencia (2016), un álbum doble homenaje a la música nacional de las décadas del ‘60 y ‘70 realizado por diversas bandas indie. El recibimiento por parte de la crítica y el público fue tan positivo que los músicos grabaron un segundo compilado llamado Noches de Rouge (2017), en el que homenajearon la música de los ‘80 y ‘90 y del que Coghlan también fue partícipe.
“Con la aparición de Yolanda me tomé en serio el proyecto porque había gente que le interesaba lo que yo hacía sin haber escuchado mi música. El sello fue determinante para ponernos en escena a todos. La presentación del primer compilado fue en Niceto y creo que ninguno de nosotros había tocado antes en ese lugar”.
Después de varios años de experimentación musical editó su primer disco Bolero Midi (2017). Siempre fue cauteloso y planificó cada detalle en su carrera, por eso no sorprende que la presentación del disco haya sido un evento tan insólito como inolvidable del que participaron amigos, conocidos y familiares en la organización.
“Quería presentar el disco de forma particular y que al mismo tiempo sea divertido, así que tuve la idea de hacer una fiesta de 15. La primera reacción de los invitados fue de confusión, tradicionalmente la fiesta la hace una chica cuando cumple esa edad y no un hombre adulto. Es un fantasma que me persigue porque las siguientes fechas salieron buenísimas, pero ese día fue único, viví una euforia alucinante. Después hice una fecha ambientada como un casamiento y la gente pensaba que me casaba de verdad”.
“Fue tan exhaustivo hacer Bolero Midi que el próximo álbum lo voy a hacer más tranquilo, sin que nadie me apuré y que sea más fácil de entender”
En Bolero Midi (2017), un material de apenas 25 minutos, el artista diagramó una forma de trabajo en la que armó los planos en su cabeza, comenzó a dibujar las primeras maquetas y por último construyó su obra.
“Es un disco de autosuperación, es fácil de comprender, pero también es complicado porque tiene mucha información. Desde los 16 años quería a hacer un disco alegre con samples e innovador para Argentina porque sabía que nadie lo iba a hacer. Fue tan exhaustivo hacer Bolero Midi que el próximo álbum lo voy a encarar más tranquilo, sin que nadie me apuré y que sea más fácil de entender”.
Es posible que el segundo material de Coghlan tenga influencias de la bossa nova, es una de las ideas que tiene en mente y, teniendo en cuenta sus propuestas originales como la fiesta de 15 o el casamiento, tal vez sorprenda una vez más, porque es un artista que puede hacer todo... Y más también.
Por Maxi Molina