A principios de mayo, el destacado artista Jerónimo Verdún colmó un Café Berlín y tocó con su banda en la primera edición del Festival de vanguardia Marplatense “Las luces”, la misma banda que armó para salir a tocar su próximo álbum, tanto en CABA, La Plata, Tandil, Rosario, Córdoba, Neuquén, Chile, Uruguay, Colombia, etc.
El disco contiene feats y colaboraciones importantes de la escena mainstream del rock y folklore Argentino, tales como Nahuel Pennisi, Litto Nebbia, Hernan Jacinto, Tomy Sainz, Gustavo Cortes (Sig Ragga), Julian Montes, Andrés Rot, Tomás Fares, Pedro Rossi, entre otros.
RUPESTRE es el quinto álbum del artista. Participan 50 músicos varones, con la intención de conectar con la sensibilidad de sí mismos. Si bien al varón —posicionado socialmente como hombre heterosexual, macho, fuerte, trabajador, fornido— muchas veces se lo separa (o se separa él mismo) de la delicadeza, la sensibilidad, la fragilidad y lo emotivo, en este disco se intenta desmitificar esa distancia, mostrando que, en el arte, esos axiomas no siempre son reales, según el artista.
Son varones tanto el técnico de mezcla, Tomás De Carli (también músico invitado), como el técnico de mastering, Lucas Gómez. La portada, también a cargo de Panchopepe —pintor contemporáneo—, profundiza en esta idea desde una manifestación en el arte rupestre.
El título del álbum surge de la discusión en torno a la portada. La imagen, trabajada y debatida en conjunto entre los artistas, muestra a un hombre de las cavernas en un acto de concentración, realizando una pintura refinada en la pared de la caverna. Probablemente represente lo que acaba de cazar para alimentarse. La pintura en cuestión es una escena plenamente bella y elegante.
Rupestre es un álbum que habla de la ternura del varón adulto, intentando correrlo del lugar de la fuerza de trabajo, del sufrimiento y de la desconexión emocional, para ver que hay hombres que deciden, deliberadamente, conectar con la niñez, el juego y la sensibilidad.
En esta etapa, Jerónimo se encuentra más eléctrico. Dejó las guitarras de nylon y agarró la eléctrica. Dejó también el power trío clásico y amplió el sonido hacia el blend entre teclados, guitarras acústicas y percusión junto con la batería y el bajo, además de sumar 3 voces haciendo coros.