Luego del enorme éxito de su canción ‘Train Wreck’, James Arthur vuelve con su nuevo single, ‘Medicine’.
‘Medicine’ es audazmente autobiográfica. Fue la primera canción que James escribió durante su primera sesión de escritura para el nuevo álbum. James dice: “Medicine es una oda edificante a uno mismo, a las relaciones, a la comunidad y la conexión, y a los poderes curativos y restauradores del amor sobre la adversidad. Se podría decir que es la canción perfecta para la primavera de 2021”. Y agrega: “El último año ha obligado a cualquier pareja a mirarse a sí misma. Nos mostró a todos en un espejo, ¿no es así? Y mi pareja fue un gran apoyo durante todo ese tiempo. Hay algunas letras bastante oscuras allí, por ejemplo, cuando soy suicida, no me dejas en espiral“.
El viaje hacia su nuevo disco comenzó en enero de 2020 mientras James estaba de gira por Europa, y viejos demonios comenzaron a resurgir. “En el escenario de Madrid, tuve este brutal ataque de pánico. Obviamente he sufrido de ansiedad a lo largo de los años, pero nunca antes la había tenido, ni en el escenario, ni que me dominara; hasta el punto de que tuve que bajarme porque si no lo hacía, iba a morir. Luego, al día siguiente, desarrollé síntomas de gripe realmente graves y tuve que ser trasladado de urgencia al hospital. Descubrieron que tenía una infección de la vesícula biliar y tuvieron que extirparla de inmediato.”
Arthur pasó una semana en un hospital en Suiza, habiendo cancelado la gira. Cuando llegó a casa, se registró en el Hospital Nightingale en el centro de Londres, y posteriormente utilizó su nuevo hogar como su lugar de rehabilitación. Hizo terapia tres o cuatro veces por semana, se embarcó en un curso de medicación, comenzó a practicar la terapia cognitivo-conductual, le dio a su gimnasio un buen ejercicio y, para aliviar la presión, canceló la gira americana.
En marzo, James estaba luchando lo suficiente para su gira por el Reino Unido. “Y probablemente fue la mejor gira que he hecho“. Pero luego llegaron el coronavirus y el aislamiento. A finales de la primavera, con la relajación de las restricciones, Arthur volvió a trabajar. Su previsión de construir un estudio e invertir en equipos de grabación estándar de la industria rindió dividendos inmediatos. “Y, de repente, la música empezó a sonar genial. Desde el primer día hubo un sonido por el que quería ir. Incluso al principio sonaba como un álbum real, un cuerpo de trabajo adecuado.”
