Wolf Alice es una de las bandas inglesas que viene pisando fuerte hace ya varios años. El cuarteto formado por Ellie Rowsell (guitarra y voz), Joff Oddie (guitarra), Theo Ellis (bajo) y Joel Amey (batería) ya tienen varios EPs y un par de álbumes de estudio. Ahora están de estreno con Blue Weekend (2021): 11 temas que muestran a un grupo afianzándose cada vez más en un sonido propio que mezcla shoegaze, electrónica, pop y rock. Fue producido por Markus Dravs, quien ha trabajado con Björk, Arcade Fire, Brian Eno y Florence + The Machine. Alquilaron un Airbnb y allí se hospedaron los cuatro para consolidar su amistad y trabajar las canciones sin parar. Hablamos con Joff quien nos contó cómo fue la experiencia de grabar en estos tiempos tan extraños, los planes del conjunto, guitarristas y su deseo de venir a tocar a Argentina.
Hablemos de Blue Weekend, ¿cómo fue el proceso creativo y la grabación comparado a los trabajos anteriores?
Joff Oddie: A la hora de escribir las canciones, la pandemia no afectó ya que teníamos más o menos todo armado antes de entrar al estudio. Pero definitivamente nos impactó a la hora de grabar. En esos momentos uno quiere estar medio aislado sin mucha interferencias con el exterior así te podés concentrar mejor. Esta vez se fue a un extremo absoluto. Nos quedamos encerrados en el estudio y con nada para despejarnos. Por momentos la grabación se puso muy intensa y agotadora pero eventualmente se transformó en algo positivo para el álbum. Al estar completamente solos nos enfocamos a un nivel que nunca habíamos logrado antes y analizamos cada detalle de los temas, desarmarlos y volverlos a armar.
¿Qué canción crees que mejor representa el estilo y mood del disco?
JO: Al igual que con todos los álbumes previos de Wolf Alice hay una gran variedad de estilos. Algunos tracks son ruidosos, otros son suaves y el resto varían dentro de esos extremos. Si bien no hay un tema que perfectamente represente todo el disco, ya que es muy diverso, creo que una canción como ‘Lipstick On The Glass’ tiene varios pedacitos de cada género que nos gusta. Tiene muchas partes programadas pero al mismo tiempo mantiene elementos orgánicos.
“Conocí a Ellie a través de un anuncio que posteé. Como si fuese una página de citas pero para encontrar músicos”
Para el lanzamiento de Blue Weekend van a estrenar una película con todas las canciones. ¿Qué nos podés contar al respecto?
JO: Trabajamos con Jordan Hemingway, un joven director y artista visual muy talentoso. Hay un video para cada tema y puestos en orden cuentan una historia de principio a fin. Ya hemos lanzado cuatro y durante estos meses vamos a estar lanzando los que faltan. Es más, vamos a presentarla en un cine en Trafalgar Square. La rodamos durante la segunda cuarentena acá en Inglaterra donde, curiosamente, todas las industrias estaban cerradas pero por alguna razón el gobierno autorizó las filmaciones y rodajes. Era rarísimo y, al mismo tiempo, lo disfrutamos un montón porque no vimos a nadie por mucho tiempo y de repente te encontras con 50 personas. Conocimos gente nueva y la pasamos muy bien. Fue una gran experiencia.
Vos y Ellie comenzaron la banda como un dúo acústico hace ya diez años más o menos. ¿Qué recuerdos tenés de esa época?
JO: La conocí a Ellie como hace diez años a través de un anuncio que posteé en una página de internet. Era como si fuese una página de citas pero para encontrar músicos: “Bajista soltero busca baterista para proyecto” [risas]. Así fue que nos encontramos. Cuando empezamos a tocar me di cuenta enseguida que era muy talentosa, escribía tremendas letras y que tenía una voz increible. Podía hacer algo muy emotivo con pocas herramientas o con un par de acordes. Componíamos y tocábamos en cualquier lugar donde haya un micrófono. En ese entonces solo teníamos guitarras acústicas y era lo que usábamos. Hay algo especial en hacer canciones con lo que tenés a mano porque la canción sí o sí tiene que ser buena. No te podés esconder detrás de una batería o arreglos hechos en computadora. Tiene que conectar emocionalmente con vos, con la gente y hacerlo de esa manera es una lección muy importante, que la seguimos practicando hasta hoy, para nosotros como compositores y músicos.
El año pasado sacaste To Mr. Fahey ¿Cómo fue la experiencia de trabajar solo a diferencia de hacerlo con Wolf Alice?
JO: Sí, completamente diferente. Me sentí como si estuviera arrancando desde cero otra vez. Lo grabé con un solo micrófono enchufado a la compu en una habitación extra que tengo en mi casa. Quería que mis versiones sean lo más parecidas a las originales así que todas fueron grabadas en una sola toma. Decidimos dejar los errores porque así grababan en aquellos tiempos. Trabajé junto a John Victor de la banda Gengahr. Es un músico increíble y para mí, el mejor guitarrista que conozco por lejos. Juntos laburamos todos los sonidos ambient con guitarras y muchos pedales para lograr ruidos extraños. Es un fanático de los pedales como yo.
“Ojalá podamos ir a Argentina. Es una locura que no lo hayamos hecho aún”
Hablando de experimentar: hoy en día ya no hay muchos guitarristas que hagan lo que haces vos de cambiar sonidos con los pedales mientras tocan. ¿Quiénes son tus mayores influencias?
JO: Bueno, tampoco estoy haciendo algo que no se haya hecho antes, ¿no? Admito que me gusta verme como alguien que mantiene esa tradición que mencionás: gente que usa efectos de una manera creativa para agregar algo diferente sobre lo que están tocando los demás en la banda. Obviamente Kevin Shields de My Bloody Valentine es como El Don de todo esto. También Lee Ranaldo y Thurston Moore de Sonic Youth, Josh Hayward de The Horrors. Los ves y no podés entender como logran esos sonidos, te quedas boquiabierto escuchando. Con la acústica es con lo que aprendí, me formé y puedo armar canciones de manera tradicional. Pero lo grandioso de la eléctrica, sobretodo si estás en un grupo, tenés una libertad total de poner todas tus emociones en lo que tocás. Siempre y cuando la batería y el bajo toquen a tiempo, la guitarra rítmica esté haciendo lo suyo, podés ser muy expresivo y soltarte. La acústica es como un instrumento más intelectual mientras que la eléctrica es más emocional.
No salen de gira desde 2019. ¿Cómo se preparan para el nuevo tour? ¿Extrañan tocar en lugares grandes y ruidosos?
JO: Va a ser muy interesante dado que prácticamente todo el mundo estuvo todo el año pasado encerrado en su casa. También hay mucha gente que el solo hecho de salir o juntarse a tomar algo le produce ansiedad. Desde ese lado me cuesta imaginarlo pero yo personalmente estoy muy entusiasmado, va a estar buenísimo. Acabamos de anunciar una gira por Norteamérica, Reino Unido y varios festivales europeos. Salir a tocar es parte de nuestras vidas y siempre lo hicimos desde que éramos adolescentes. Los cuatro ya tocábamos en vivo mucho antes de conocernos y formar Wolf Alice. Realmente extrañamos esa conexión con el público a través de la música. Y ojalá podamos ir a Argentina y Sudamérica. Es una locura que no lo hayamos hecho aún.