Corre el año 2000, Gordon Raphael vive en un pequeño apartamento en New York y trabaja día y noche en su música, lo que más le obsesiona. Para poder pagar la renta, comienza a producir a otras bandas, aprovechando que compone en múltiples instrumentos desde que tiene memoria. Una noche se acerca al bar Luna Lounge, donde dos o tres grupos se presentan de forma gratuita cada velada. La primera banda lo cautiva y, al finalizar la presentación, se acerca a dejarles su tarjeta. Se queda a la segunda y le parece que «están okey»: era The Strokes tocando ‘The Modern Age’, a quienes también le ofrece sus servicios. Una semana después, Albert Hammond Jr. lo llama para contratar sus servicios: “Queremos grabar un demo rápido y barato”.
“MALDITO SEAS... SOLO TENÍAS QUE DECIRLO, FUCK YOU, GORDON”
— J. CASABLANCAS
Así fue como la banda neoyorquina que revolucionó el rock conoció al productor del que sería su disco debut, Is This It (2001) (aunque inicialmente su discográfica los llevara con Gil Norton, el productor de Pixies y Foo Fighters, los norteamericanos decidieron volver con Gordon, productor del EP que generó la puja por ellos entre las grandes discográficas). Esta relación continuaría durante Room On Fire (2003) y los inicios del tercer disco. Una relación con idas y vueltas, como todo en la vida. Luego de la buena repercusión del demo y tras el estrellato alcanzado con el primer disco, los Strokes fueron llevados por su sello a grabar Room On Fire en Londres con Nigel Godrich (productor de Radiohead). Antes de que esto sucediera, Julian Casablancas invitó a Raphael a almorzar y le dijo algo como “pasa esto: el sello quiere que trabajemos con este otro productor tan reconocido, pero si vos me decís que sos mejor, les decimos que no y nos quedamos con vos”, a lo que el tímido Raphael contestó una suerte de “Pero Julian, ese tipo Godrich vendió cinco millones de copias de cada disco que produjo, yo produzco para pagarme la renta, no te puedo decir que soy mejor”. Casablancas se levantó de la mesa sin tocar bocado y le espetó “Maldito seas... Solo tenías que decirlo, fuck you Gordon”. Meses después, lo de Londres no prosperó y el frontman lo llamó para preguntarle si seguía interesado en producirlos.
“NUNCA ME LLEVÉ BIEN CON LOS SELLOS DISCOGRÁFICOS, SÍ CON LOS MÚSICOS. CON REGINA SPEKTOR PASÓ LO MISMO QUE CON THE STROKES, NOS CONOCIMOS Y LA QUÍMICA LLEVÓ A QUE LA PRODUJERA”
También recuerda, tras la pregunta, la mesa en la que se discutió remover el hit ‘New York City Cops’ de la versión norteamericana del exitoso primer álbum, por considerarse incorrecto acusar de tontos a los policías que el país entero llamaba héroes tras el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001. Se cambió a su vez la portada por ser considerada sexualmente explícita para el mercado estadounidense. Otro dato de color es que la voz rasposa de Casablancas fue un aporte de Gordon, que le puso distorsión a lo que entraba por el micrófono ocasionando uno de los sellos característico del sonido del quinteto.
Pero a esta altura de la mañana (estamos desayunando antes de que se dirija al estudio El Pie, en Villa Urquiza) se nota que el productor está cansado de hablar de los neoyorquinos. Ahora, ¿qué lo trae a nuestro país? La realidad es que esta es su décima visita, y fue en Buenos Aires donde grabó su disco debut Sleep On The Radio (2018). Sin embargo, esta vez viene traído por Sony para producir el nuevo álbum de Rocco Posca, a quien conoció por Facebook. Rocco le habló tras ver sus comentarios en el muro de un amigo en común, entablaron buena relación y, una vez que Rocco viajó a Madrid a visitar a su padre Favio Posca que actuaba allí por la temporada, voló a Berlín y grabó un tema junto a Gordon en un solo día (una verdadera proeza, para quien no esté familiarizado con los tiempos de producción). Todo esto pagado de su bolsillo, porque Sony no quería costearlo en aquel momento. La buena relación y la insistencia hizo que la discográfica sí lo contratara para el nuevo álbum de Rocco, lo cual fue un cambio en la suerte del productor nacido en Seattle. “Nunca me llevé bien con los sellos discográficos, sí con los músicos. Con Regina Spektor pasó lo mismo que con The Strokes, nos conocimos y la química llevó a que la produjera” cuenta Gordon con una mezcla entre orgullo por el éxito y desdén por trabajar con quienes en el pasado lo dejaron de lado.
Al preguntarle cuál es el objetivo de su rol, se pone romántico y comenta que, desde su punto de vista, un productor musical debe escuchar al músico y determinar cuál es el sueño que allí se alberga, ver qué quiere hacer, cómo quieren sonar y a quién quieren apuntar. Y una vez que esa información haya sido recolectada, asegurarse de guiar el proceso para que, al dejar el estudio, esas personas que han acudido a grabar sus canciones favoritas se vayan con una enorme sonrisa. En particular, cree que él es muy bueno apoyando a sus artistas: “Cuando hacés arte, te querés sentir como Superman, y es importante que te den la confianza de que puedes serlo”.
Lo que cuesta entender, entonces, es por qué este talentoso ser humano que aprendió a grabar en 1976 esperó hasta el 2018 para sacar su disco, y la respuesta denota esfuerzo: “Pasé mi vida componiendo cientos de temas, pero me costaba elegir unos cuantos para hacer un álbum. En los últimos años, con las redes sociales, cada vez que subía un tema nuevo, mi hermana era la única que comentaba diciendo lo genial que era. En cambio, subía una foto de mi perrito y obtenía doscientos me gusta y comentarios. Así que decidí hilar mucho más fino y buscar los músicos adecuados para grabar las mejores canciones de la mejor forma”. ‘I Sleep On The Radio’, canción que da título al álbum, fue compuesta en 1981 en alusión a que de niño escondía su radio portátil debajo la almohada para engañar a su madre, y luego se quedaba literalmente dormido escuchando música de esa forma. El disco fue grabado en la anterior visita del músico-productor Buenos Aires en la visita anterior del músico-productor.
El próximo jueves 5 de julio en el Centro Cultural La Confitería, Gordon presentará su disco en una propuesta multicultural, con la performance provocadora de su amiga Victoria De Venus en simultáneo al show, la apertura electrónica de Maqui Solo Set y la proyección de grabaciones psicodélicas diseñadas por el propio Gordon en Berlín, donde habita. Dicho recital quedará inmortalizado en el documental que el productor está filmando sobre su nueva visita a nuestra ciudad.