El 2 de julio del 2025 se registró la temperatura más baja en CABA de los últimos 34 años. Por suerte, la mejor medicina para tanto frío se encontraba esa misma noche en Deseo. El regreso de Ed Motta me hizo bailar desenfrenadamente y sentir la calidez brasileña en medio del invierno. Una noche con tanto ritmo como elegancia; pero también sutilezas desde los primeros instantes.
La banda subió al escenario sin su líder y comenzó a hacer sonar notas bastante familiares que me tuvieron minutos dando vueltas en la cabeza. ¿Mike Oldfield? ¿Steely Dan? Finalmente logré procesar que se trataba de 'Dale Gracias', clásico de Spinetta Jade. Una vez finalizada esa versión instrumental salió el hombre al que todos estábamos esperando. Con camisa, traje y corbata —los cuales no se quitó en ningún momento— dio una perfecta representación del elegante funk que construye en cada canción. Sophisti Pop lleno de ritmo, soul y las sensibilidades brasileñas. Tras cantar la primera canción de la noche, la apropiada ‘Que Bom Voltar’ (que bueno volver), comenzó a hablar de su amor por Buenos Aires. “Yo me siento porteño, lo único que me falta es la lengua” fueron algunas de sus primeras palabras. Agradeció la cálida bienvenida del público, pero también la recepción que tuvo meses atrás Marcos Valle en este mismo lugar. Este fue el pie para uno de los mejores conciertos en lo que va del año.
“La próxima vez debería venir y hacer un concierto solo de Spinetta”
Después de haberlo visto en más de tres ocasiones, esta fue sin lugar a dudas su mejor y más cariñosa presentación. La banda sonó fresca y llena de ritmo, respirando musicalidad en cada minuto; y Ed se sintió más natural que nunca. Lleno de confianza y amor, estaba completamente desinhibido y bromeando con el público. Desde un "Esas son buenas flores eh..." en referencia al sabor cannábico en el aire, hasta tararear extensamente, y desde lo más profundo de su pecho, el riff de ‘Black Dog’ de Led Zeppelin cuando el micrófono estaba fallando.
Uno de los puntos más memorables de la noche fue cuando comenzó a hablar de Luis Alberto Spinetta. Ed Motta no solo es un maestro de lo suyo, sino que es un melómano apasionado. Explicó que precisamente la intro fue ‘Dale Gracias’ y comenzó a tararear diferentes temas que ama, desde 'El Hombre Dirigente' hasta 'El Anillo del Capitán Beto', entre varias otras canciones del inabarcable artista porteño. Luego se puso a defender el álbum Only Love Can Sustain (1980), el menos aclamado entre los fanáticos del ‘flaco’ en Argentina. Emocionado miró a su banda y les dijo “La próxima vez debería venir y hacer un concierto solo de Spinetta”.
Otros de sus referentes que sonaron a lo largo de la noche fueron un par de reminiscencias a George Benson dentro de canciones y un excelente cover de ‘Can't Hide Love’ por Earth Wind & Fire. Todo ese funk lleno de soul se respira en su música, pero lo más fascinante es que combina esos elementos norteamericanos con una sensibilidad claramente brasileña. Eso hace que sea tan especial escuchar a Ed Motta, porque tiene cosas de afuera pero es completamente propio y latinoamericano. Entendiendo que la noche necesitaba de ritmo, se enfocó en sus clásicos Manual Prático para Festas, Bailes e Afins, Vol. 1 (1997) y Poptical (2003). Fue efectivamente la cura para combatir el invierno porteño. Se bailó, se cantó y ahora solo queda rezar de que cumpla su palabra con el show «spinetteano».