Vigencia, pasión y trance. La historia artística de Javier Bussola se puede caracterizar en estos tres valores. Desde el oeste bonaerense hasta sus shows en Europa, su presencia nutre la movida argentina desde 1993. Para este 30 de abril de 2024, anunció una fecha donde desarrollará un set de 10 horas en Groove Palermo.
“Se baila por lo que dicta el corazón” es una de las primeras frases que encontramos en el corto documental Todo por Amor, recomendado por Javier sobre la escena trance en 2001/2003. De esta manera el DJ vive sus mezclas y se nota en su devoción por la música, en especial al psytrance, mientras conversamos con él.
Llevás más de 30 años activo, ¿qué evoluciones encontras?
Javier Bussola: Quizás en el 91 ya había algo más underground, en esa época arranca todo. Muchas cosas evolucionaron desde entonces. En 1993 yo empecé a hacer fiestas y en el 95, 96 ya puse en marcha mi productora Rave Parties Corp. Hay una entrevista que nos hicieron a muchos de los que comenzamos en la escena que se llama Todo por amor y me preguntan cómo me veía en 10 años, y me acuerdo que contaba que yo no imaginaba mucho cambio. No se me ocurre que pueda haber muchas transformaciones en la música electrónica como cultura, es un estilo que va a seguir creciendo y aún no llegó a su pico. Cada vez hay más público, hay más división de estilos y más tribus. En cuanto a la producción de la música sí creció mucho el sonido, hay más software, hay muchas más herramientas para producir y generar sonidos más modernos, más gordos si querés, y más fieles también.
Cuando nosotros poníamos música no era fácil de acceder al djing, porque tenía un costo bastante grande conseguir vinilos, tenía que viajar a Europa y volver con bolsos llenos de discos que acá no llegaban. Además, para poder practicar en tu casa necesitabas un mixer, mínimo de dos canales, y dos bandejas. Hoy tenés gratis una cantidad de música increíble y, dando clases en pandemia, alumnos me recomendaron controladoras mucho más accesibles, ni hablar del hecho mismo de que existan las clases de DJ cuando antes tenías que practicar en lo de un amigo.
En cuanto a ese roce con Europa, ¿qué comparativa con lo nacional hacés?
Empecé a hacer las fiestas en el 96 y en el 98 ya traje algunos DJs del underground londinense que tocaban en Brickstone en un lugar que se llama The Fridge que metían 1.500 personas por viernes entre el 1995 y el 2001. Toqué ahí en el 99 y después en el 2000, en esas fiestas que eran de trance, del mismo estilo que lo que tocaba Armin Van Buuren, Tiesto y demás, pero mezclado con mas techno y cosas mas under un poco más rápidas. No había tanta diferencia con Argentina en cuanto a producción. The Fridge era muy parecido a lo que hoy puede ser un Niceto o Groove, con un escenario para que haya bandas pero con una cabina era muy chiquita que no estaba muy preparada para DJs.
No había tanta diferencia porque era el comienzo, de alguna manera, en Inglaterra. Yo tenía un cassette de Sasha del 89 creo, que tenía remixes de ‘How will I know’ de Whitney Houston pero mezclado con scratch, una cosa increíble, con lo que si Argentina empezó en el 91, 92, tampoco estábamos tan lejos. Sí había diferencia en producción de música, en disquerías, en la música que podías encontrar allá en Europa con respecto a Argentina. Sin embargo la movida acá estuvo bastante bien, no estuvimos muy distantes.
Sobre hechos particulares como el caso de la Time Warp o la pandemia, ¿qué impacto crees que tuvo en el circuito nacional?
Directa e indirectamente, tanto Time Warp como la pandemia, son cosas bastante actuales, que hicieron un click importante, porque se reestructura la manera de controlar a los eventos masivos. Las grandes fiestas en lugares cerrados se convirtieron en algo prohibido, lo que me perjudicó en producciones que venía haciendo en el espacio indoor del Estadio Malvinas Argentinas. Me cayó una lluvia, la suspendí en diciembre, perdimos 80.000 dólares, la reprogramamos para abril y nos cayó lluvia de vuelta, los artistas que eran invitados más importantes no pudieron terminar su show. Por eso el caso Time Warp trajo aparejado cosas que en lo personal fueron negativas. Llevarnos al outdoor implicó enfrentarnos a un problema nuevo: el clima en Argentina, como por ejemplo lo que pasó en la Bresh hace unos meses.
Por otro lado, algo que aprendí de la experiencia Time Warp, es que no hay que subirse a lo que dicen los medios siempre, a ese morbo de la prensa tratando de encontrar muertos o culpables para tener noticia. A nosotros nos tocó de cerca en una fiesta en el Malvinas Argentinas y un rayo que cayó a 600 metros. Desde algunos portales se levanta una foto y se demoniza la fiesta que estábamos realizando. Para la prensa es más interesante buscar un chivo expiatorio que pensar en el cóctel mortal y en la información a la que se accede sobre el consumo de sustancias y la reducción de daños, cuestiones que se están empezando a tratar en distintas fiestas.
¿Por qué la pandemia nos pega fuerte? Porque el psytrance así como el hard techno, son estilos que se bailan. Vos no escuchas psytrance en la radio. Entonces bajó mucho el consumo con respecto a otros estilos. El estilo nuestro de música no es apto para streaming o para ponértelo a la tarde: es para bailar, nosotros ponemos música para que la gente deje todo en una pista y fue toda la vida así.
El presente te encuentra con un set de 10 horas en frente, ¿de qué manera te preparás? ¿Cómo se hace para enfrentarse a un evento así?
Para mi tiene que ver con lo que cada uno está acostumbrado. Hacer 10 horas, para mí, no se sale tanto de lo común, porque casi siempre toco 6 u 8 horas. A mí cuando me quieren contratar y me dicen “tocas una hora y media, dos horas”, les digo “¿cómo? ¿me llevas para tocar dos horas?”. A mi me parece que la mejor manera de expresarse y hacer un buen set es tener mucho tiempo para desarrollarlo. En Argentina tenemos una cultura larguera en ese sentido. Yo tengo esa mezcla de artista de psytrance pero aggiornado a la Argentina de la época de los 2000, 98, 99 cuando acá venía Digweed a hacer sets largos o muchos DJs nacionales como Cattaneo también presentaban sus shows de larga duración. Me encanta tocar, por eso no me cuesta hacer 10 horas.
Y en adelante, ¿a dónde va el psytrance?
Creo que es el estilo de música y el estilo electrónico mejor producido. Veo muchos artistas de techno poniendo psytrance, por ejemplo Nina Kraviz, que fue una de las primeras que vi poniendo temas más underground. Después Charlotte de Witte y acaba de venir Débora de Luca, y un colega amigo me compartió un video de Débora poniendo un tema psytrance. Ojalá esto ayude a que nuestro estilo se vuelva un poco más popular porque hay un prejuicio de que es un estilo muy hippie y muy under. Pero la verdad que es un género que suena increíble, que te mueve mal y que mucha gente que no lo conoce lo escucha se vuelve loca bailándolo. Esperemos que crezca más.
Conseguí acá tus entradas para el show de Javier Bussola este 30 de abril en Groove.