Leo Rizzi es un artista que tiene un pie en cada continente. Nació en Ibiza, vivió hasta los 15 años en Uruguay y actualmente reside en España. Esa curiosa mezcla de culturas provocó la génesis de un proyecto con una sensibilidad estética y sonora muy particular.
En medio de la gira que lo trajo por primera vez a tocar a Latinoamérica, Leo afirma que volver a Uruguay de esta manera - sobre un escenario y al ritmo de sus propias canciones - fue una experiencia muy intensa. “Fue muy loco poder enseñarles a mi familia y amigos todo lo que había creado”, afirma. El desarraigo en este punto es central: mudarse siendo tan joven a otro continente, para luego volver a vivir ese proceso a la inversa, es una experiencia muy movilizante. El tiempo hace de las suyas, la gente cambia y uno mismo también. Volver al lugar que te vio crecer y notar que las personas no han cambiado tanto como uno mismo puede derivar en una sensación de confusión muy grande: ¿El tiempo pasa más lento acá? ¿Las personas notan que cambié? ¿Por qué sigue todo igual? Sin embargo, estas preguntas se revelan superfluas en el fondo: si hay amor y cariño, nada de eso importa. Leo confiesa haber llegado a esa conclusión la segunda vez que visitó Uruguay, luego de haber vivido varios años en España. “Cambiamos con respecto a donde estamos y a las personas con las que nos juntamos”, concluye.
“Tener mucho input cultural te ayuda a tener mejores ideas”
En España estudia Bellas Artes, y asegura que esta carrera nutre mucho su proyecto musical. “Me ayuda a conceptualizar las cosas, a escoger bien mis referentes, enfocarme en lo que quiero hacer, lo que quiero decir y cómo lo quiero decir. A nivel de referentes estilísticos y estéticos ha sido super interesante mezclarlos, poder hablar con las productoras y transmitirles realmente lo que quiero de forma fácil”, asegura. “Tener mucho input cultural te ayuda a tener mejores ideas. Saber lo que quieres y de donde agarrarlo es muy importante”.
Con más de cien millones de reproducciones en Spotify, ‘Amapolas’ fue el tema con la que el público mainstream conoció a Leo Rizzi. El remix no se hizo esperar, y Danny Ocean fue el encargado de sumarse a una canción que, si bien todos conocíamos y sentíamos como propia, no dejaba de ser un proyecto muy personal del artista. “Con Danny me daba un poco de pudor porque tiene un estilo completamente diferente. Es un poco también el trabajo de decir: es la visión de este artista, y voy a respetar lo que él quiere. En el fondo es una colaboración, no estás pidiendo un traje a medida. Al principio choca, pero después te das cuenta que mola mucho cuando convergen estilos tan diferentes. Creo que eso es clave”.
Otra banda que hizo un remix de uno de sus temas fue Reik, quienes se sumaron en ‘No Siempre Quedará París’: “Con Reik fue distinto, porque tienen un estilo más similar a nivel de composición, son más melódicos. Creo que sí hubo un encuentro más fácil de llevar”. Leo concluye afirmando que el proceso, en ambos casos, fue muy enriquecedor.
“Me gustaría colaborar con Silvestre y la Naranja y Zoe Gotusso”
Sus canciones tienen un componente agridulce muy particular y que suele estar sumamente presente en la música indie. La operación sería la siguiente: a un mensaje melancólico o nostálgico se le suma una melodía “alegre”, en una combinación que deriva en shows muy divertidos pero que también permiten una escucha más pausada e introspectiva. “A veces quieres hablar de cosas que son más tristes, pero le pones música alegre y puedes contarlo. Eso me tranquiliza un montón. Si bien al principio narraba las historias con instrumentales que acompañaban, y también tiene su gracia porque entras en un dolor profundo, no todo el mundo quiere acceder a esos lugares tan oscuros. En estas canciones la idea era generar nostalgia: alegría pero también tristeza por un tiempo pasado. Es un sentimiento con el me gusta jugar mucho”.
Aún sin fecha de publicación confirmada, su primer disco está en camino. Afirma que se trata de un proyecto conceptual, con tracks nuevos y videoclips que los acompañan a la perfección. El conceptualismo del álbum le añade un grado de dificultad a la composición: temas que son buenos suelen quedar fuera porque no encajan con la vibra del disco. Y eso está bien, “porque la vida es larga y ya habrá tiempo de sacarlos”. Pero requiere de un compromiso muy fuerte con el proyecto y la visión que se quiere transmitir. “Poder guardarse cosas sin miedo es muy importante”, afirma.
Leo concluye la entrevista confesando que le gusta mucho el indie latinoamericano. “Me gustaría colaborar con Silvestre y la Naranja y Zoe Gotusso, son increíbles. Me encanta el sonido indie de latinoamérica, siendo que no está tan contaminado de lo comercial. Conserva mucho las raíces del rock nacional, y eso es genial”.