Hacia 1990 la escena de heavy metal argentino gozaba de buena salud ya que Hermética crecía sostenidamente en los barrios populares con su crudo y directo thrash made in Ricardo Iorio. Además, ya habían dejado de existir leyendas como Riff y V8, dos referencias esenciales en la movida pesada nacional. Sin embargo, parecía ser un ambiente extremadamente machista, misógino y con poco lugar para las letras de amor. Rata Blanca, grupo oriundo del Bajo Flores que ya había lanzado un disco a fines de los ’80, emergió para romper con todos los estereotipos del género, convirtiendo su música en algo masivo, televisado y con éxitos radiales.
Inexplorado hasta ese entonces, el amor fue clave para abrirse a las masas y romper paradigmas de machismo
Todo sucedió hace 32 años con la edición de su doble disco platino Magos, Espadas y Rosas, que vio la luz el 24 de abril de 1990. El mismo arranca con ‘La Leyenda Del Hada y El Mago’, una canción intensa, épica y con aires medievales que a los pocos días se convirtió en hit. La voz de Adrián Barilari, cantante que reemplazó a Saúl Blanch, se acomodó en seguida a las intenciones de la banda. El track que sigue es el mega popular ‘Mujer Amante’, el cual no estaba incluido inicialmente en la lista preliminar. Cuando la banda le entregó las canciones al sello discográfico, éste reclamó que no totalizaban el tiempo mínimo para producir el vinilo. Es así que la otra gran joya salió del tacho de los descartes y entró en el segundo lugar.
¿Quién diría que una banda heavy metal arrancaría un disco con dos temas románticos? Inexplorado hasta ese entonces, el amor fue clave para abrirse a las masas y romper con los paradigmas impuestos por los colegas más duros. Siguiendo con el recorrido de la obra maestra de Rata Blanca, cabe mencionar al otro protagonista: Walter Giardino. El guitarrista se consagró con sus riffs de estilo power metal, sobre todo en la tríada compuesta por ‘El Beso De La Bruja’, ‘Haz Tu Jugada’ y ‘El Camino Del Sol’. Coqueteando con lo progresivo, Walter tocó el cielo con su instrumento y con sus excelentes solos se metió en la mesa chica de los guitar-hero nacionales.
Los temas de Rata Blanca son cantados en recitales, fogatas y hasta en las escuelas
Magos, Espadas y Rosas vendió cinco millones de copias a la fecha, cifra inédita para un grupo metalero argento. Superó las expectativas propias y ajenas; proyectó a Rata Blanca hacia un nivel hispanoamericano y el resultado fue una gira de 120 fechas durante 1991. A pesar del agotador tour, durante ese año grabaron y lanzaron su siguiente álbum de estudio llamado Guerrero Del Arco Iris, el cual consolidó el gran momento del sexteto porteño. El show en la cancha de Vélez para 30 mil espectadores y con Attaque 77 (otros que estaban a pleno) como teloneros marcó el clímax, algo comparable solamente con lo hecho por Hermética en 1994.
No todo fue camino de rosas para Rata Blanca, ya que tuvieron que convivir con las críticas propias del ambiente abrumador y sexista que con el tiempo se fue ablandando. Es la única banda metalera nacida en los ’80 que aún sigue activa, con un solo hiato entre 1997 y 2000. Tienen una vasta trayectoria y una experiencia indiscutible: en gran parte se debe a esos años de gloria en los que crearon himnos que son cantados en recitales, fogatas y hasta en escuelas.