JOYSTICK: EL ROCK NUNCA ESTUVO TAN VIVO

El regreso de la banda santafesina a La Trastienda

La cantidad de espectadores que esperaba su turno para entrar a La Trastienda ese jueves por la tarde habría sorprendido a cualquiera que hubiese pasado por allí. El show de Joystick estaba a punto de comenzar, y desde la calle se palpitaba la emoción y la ansiedad típicas del inicio de un buen recital. La espera se alargaba, y un grupo de jóvenes comenzó a cantar a viva voz los versos de ‘Mi Mejor Atuendo’. No faltaba nada para poder escuchar, de primera mano, esa y muchas otras canciones. 

Luego de una hermosa performance de Chechi de Marcos, telonera de la banda, los integrantes del grupo se subieron a las tablas rodeados de una ola de aplausos. No hay palabras para describir todo lo que sucedió luego de que tocaran el primer acorde: los gritos, las palmas y la euforia exacerbada fueron algunas de las manifestaciones que visiblemente demostraban lo que los espectadores sentían en su interior. Todos parecían conocer al pie de la letra cada una de las canciones, y la potencia expansiva del grupo no hacía más que multiplicar la exaltación del público. El tema elegido para comenzar fue ‘Salir en TV’, track que combina una letra cargada de profundas significaciones con una vibra rockera bastante old school. La audiencia parecía emanar una energía (y unas ganas de poguear) que no se apagarían durante todo el show. 

Todos hicimos nuestra la canción y nos llevamos un pedacito de esa magia con nosotros

Si hay algo que no le falta al grupo es fuerza arriba del escenario. Pano Benincasa, frontman, demostró una y otra vez su capacidad performática: su habilidad musical y su presencia cargaban las canciones de muchísima fuerza. Al primer tema le siguieron ‘Lo Prendo Fuego’, ‘Tierno Disfraz’ y ‘Llueve Todavía’. “Estamos muy emocionados, muy felices. No podemos creer esto” declaró el vocalista. Nosotros tampoco podíamos creerlo. No porque dudaramos de la capacidad del grupo, sino porque lo que hicieron esa noche no tiene nombre. 

A mitad del show Pano se quedó solo, armado únicamente con una guitarra acústica. “Alguien me escribió por Instagram y me dijo que iba a venir con su novia porque cumplían un año” declaró ante la audiencia. “Me pidió si podía tocar el tema que saqué el año pasado, ‘No Vuelvas el Tiempo Atrás’, y dedicárselo a ella”. Luego de que la pareja en cuestión saludara al artista y se apagaran los aplausos, comenzó uno de los momentos más mágicos de la noche. La letra del track, lanzada por su frontman como solista, adquirió una significación diferente durante la noche. Sucede con las grandes composiciones: las hacemos nuestras, las dedicamos y nos las dedican. La emoción que se percibía desde la mesa que compartía la pareja pareció contagiarse a cada miembro del público. Todos hicimos nuestra la canción y nos llevamos un pedacito de esa magia con nosotros. 

El rock perdura y se regenera constantemente en músicos como ellos

Los mejores temas no podían faltar: ‘Mi Mejor Atuendo’, ‘Brazos Cruzados’ y ‘Cada Vez Que Me Levanto Siempre Te Caes’ fueron algunos de los incluidos. Con ‘Tito Lo Sabe’ el público no pudo contenerse más, y se formó un pogo en el borde del escenario que duró hasta el fin del show. La energía que se vivía era indescriptible: el pogo, los brazos en alto y un grupo de gente que no paraba de gritar provocaron que las emociones de los presentes se potencien. Todo parecía vivirse de forma muy intensa. “Fue excelente. Se notaba a los chicos súper relajados. La vibra era muy zarpada” le comentó una fan a SPE al terminar el recital. No podríamos estar más de acuerdo. 

“Nos sorprendimos mucho, apenas salimos del escenario vimos muchísima más gente que la vez anterior. Eso me superó: el ruido, el bullicio, el canto, la arenga. Fue increíble” declaró Pano a la salida del teatro. Pocas son las bandas capaces de lograr lo que logró Joystick esa noche: el sentirse totalmente ajeno al mundo real y vivir por un rato en un universo en el que todo está bien, y lo único que importa es la música y la gente. El rock perdura y se regenera constantemente en músicos como ellos. No hay dudas de que lograrán cosas increíbles y nosotros (quienes estuvimos presentes en sus dos primeras fechas en La Trastienda) estaremos siempre allí para verlos crecer. 

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